LA IMPULSORA DEL CONCURSO MUSICAL QUE HOY REGRESA A BARCELONA

La pianista desconocida

Un libro y una exposición iluminan la figura de la concertista y pedagoga Maria Canals

La pianista, en una de las fotos del libro 'Maria Canals i Barcelona'.

La pianista, en una de las fotos del libro 'Maria Canals i Barcelona'.

MARTA CERVERA / BARCELONA

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el centenario del nacimiento de  Maria Canals (1914-2010), pianista y pedagoga barcelonesa tan brillante como modesta, se despedirá a lo grande coincidiendo con la 61ª edición de la competición pianística que creó. La nueva edición de este concurso decano en España acaba de empezar en el Palau de la Música Catalana. El día 25 se celebrará la gran final donde los pianista más prometedores tocarán junto a la Jove Orquestra de Catalunya (JONC). Como es habitual, las pruebas de los concursantes -este año compiten 82 jóvenes de 22 países- podrán ser seguidas de cerca por los amantes de la música.

EN EL 'FOYER' / Este año los organizadores intentarán que la figura de Maria Canals deje de ser una desconocida para el gran público con el libro Maria Canals i Barcelona, de la periodista Ana María Dávila. En paralelo, el foyer del Palau acoge una exposición gratuita que incluye desde fotografías y documentos hasta uno de los pianos de Maria Canals, un Érard heredado de sus padres que utilizó Albéniz para componer partes de Iberia. Ricard Viñes, profesor de Canals, lo empleó en sus clases. Manuel Blancafort escuchó por primera vez muchas de sus obras interpretadas con este instrumento por Canals, ya que esta destacó como intérprete de la música de su tiempo como explica con detalle el libro, que repasa tanto la carrera profesional como aspectos de su vida personal.

Lluís Millet i Pagès (1867-1941), fundador del Orfeó Català tuvo una gran influencia en ella. Aunque no llegó a liederista por falta de voz, estudiar armonía le permitió adquirir el sentido el sentido del fraseo que después pudo aplicar al instrumento, reconoció Canals. Millet también le transmitió la importancia de la «valentía moral» y de la «misión social» de todo artista que se precie.

El libro deja patente la alta exigencia que Canals tanto en su faceta de intérprete como en la de pedagoga impulsora de nuevos métodos desde la academia Ars Nova o como alma del primer concurso español admitido en la Federación Internacional de Concursos de Música.

Gracias a Canals, en plena dictadura sus estudiantes pudieron tomar contacto con músicos y pedagogos internacionales. Maria Canals nunca entendió el sistema oficial de enseñanza español: «No se trata de hacer música en los colegios. Se trata de que el estudiante pueda compaginar los estudios y disponga de tiempo para ambas cosas. Aquí el estudio de la música es una especie de tortura. Además, la técnica del aprendizaje del instrumento coincide con la edad escolar, y el alumno no puede con todo. Existe una gran incomprensión».