LA ORQUESTRA DE CAMBRA DE L'EMPORDÀ SE DESMELENA en el condal

La vis cómica de la clásica

'Concerto a tempo d'umore' desvela el lado divertido de la música culta

Los músicos de la Orquestra de Cambra de l'Empordà en una escena de la obra.

Los músicos de la Orquestra de Cambra de l'Empordà en una escena de la obra.

MARTA CERVERA / BARCELONA

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La Orquesta de Cambra de l' Empordà descubre el lado más divertido de la música culta en 'Concerto a tempo d'umore'. El humor es una poderosa arma para destruir tópicos. La idea de que la música clásica es aburrida, por ejemplo, queda fulminada en este original espectáculo apto para todos los públicos, melómanos o no, que propotagoniza la Orquestra de Cambra del Empordà, nacida en Figueres hace 25 años, que ha grabado en este tiempo 14 discos y tres DVD.

A partir de este miércoles interpretarán un concierto en el Teatre Condal donde ocurre casi de todo mientras tocan famosas partituras como 'Las cuatro estaciones' de Vivaldi. La música es la base del espectáculo así que el primer paso fue adaptar las obras seleccionadas. El show incluye famosas piezas del repertorio como la 'Pequeña serenata nocturna', de Mozart, las 'Danzas húngaras' de Brahms, el 'Ave María' de Schubert y la 'Marcha Radetzky' de Strauss.

TRABAJO ÁRDUO

Preparar este curioso 'show' musical ha llevado muchos meses de ensayo a los 12 entusiastas músicos de la orquesta y a su director, Carles Coll Costa. No ha sido fácil que cambiaran de chip, explica Jordi Purtí, director y autor que triunfó con 'Operetta', aclamado montaje que también conjugaba música -en este caso vocal- y humor. Él ha guiado a la orquesta en su acercamiento al mundo del teatro. Acostrumbrados a trabajar frente a un atril, ha sido más complicado trabajar con ellos que con cantantes que llevan el instrumento dentro y tienen más facilidad de movimiento. «Como los músicos tienen las manos ocupadas sacar los 'gags' ha supuesto un mayor reto», dice Purtí, encantado con la generosidad y entrega de todo el equipo. «Se han involucrado tanto que ahora cuando hacen un concierto normal encuentran a faltar el movimiento del cuerpo».

«Y pensar que al principio cada cosa que proponía les parecía imposible...», recuerda. Los músicos estaban acostumbrados a estar pendientes del instrumento, la partitura y el director. Purtí hizo que miraran más allá. «Cuando perdieron el miedo y se prestaron a jugar descubrieron otro mundo», señala. A algunos incluso hubo que frenarlos. Se sentían tan cómodos en su nuevo papel que cambiaban cosas sin darse cuenta de que en una partitura gestual, como ocurre en una musical, cualquier alteración podía dar al traste con el resultado final. «La dosis de humor ha de ser siempre la justa, no hay que caer en el esperpento», apunta el director escénico.

RUMBO A AVIÑÓN

'Concerto a tempo d'umore' llega a Barcelona tras triunfar en diferentes plazas. En Francia fueron a verles hasta programadores de música clásica. Hasta tres distribuidores se interesaron por el espectáculo en el país vecino, donde el montaje se verá en el próximo Festival de Aviñón. «Nosotros somos unos emigrantes más, como los científicos y los camareros hemos de salir fuera porque aquí las cosas están mal y en España mucho peor», dice Purtí, dolido con la falta de receptividad en su propia tierra. «Estoy acostumbrado a que me digan esto interesa o no. Pero es triste no poder siquiera explicar el proyecto como me ha ocurrido en el Auditori o con la gente del Grec», lamenta.