LANZAMIENTO DISCOGRÁFICO

U2 viaja a su juventud

Larry Mullen Jr. , Bono y Adam Clayton, el martes en la presentación del disco.

Larry Mullen Jr. , Bono y Adam Clayton, el martes en la presentación del disco.

JORDI BIANCIOTTO / BARCELONA

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El síndrome del regreso a los orígenes es un clásico de los veteranos. U2 acude a él sin disimulo en un disco, Songs of innocence, que se alimenta de recuerdos de juventud, como si buscara las motivaciones originales para hacer música, acaso extraviadas con los años, como una pareja que tras mucho tiempo en común necesita recordar la sensación inicial del enamoramiento. La misión es imposible, pero el grupo irlandés expresa en este cancionero con altibajos unos rasgos de sensibilidad y de apego terrenal que se agradecen.

Anunciado el martes, por sorpresa, en el marco de la presentación mundial del iPhone 6 en Cupertino (California), y publicado al momento, gratuitamente, vía iTunes (en formato físico llegará el 13 de octubre) Songs of innocence cuenta con Danger Mouse en el equipo de producción y muestra a un U2 más emotivo que impresionante, más interesado en seducir que en aplastar. Sin dejar de ser la stadium band necesitada de himnos. Según Bono, le seguirá «pronto» un relevo, Songs of experience. Contiene estas 11 canciones.

'THE MIRACLE (OF JOEY RAMONE)'

Un arranque con gruesos acordes rockeros y coros con reminiscencias glam, gestos hacia la música que el grupo escuchaba en su adolescencia. Bono evoca la excitación de la primera vez que escuchó una canción de rock que le cambió la vida. Una canción como las de Ramones, que desencadenó «el milagro» y cuyo recuerdo irrumpe como motor inspirador. «Todo lo que perdí ha vuelto ahora / con el sonido más hermoso que nunca he escuchado». Como ocurrió con los últimos discos de U2, la canción elegida como primer single no es la más depurada del repertorio.

'EVERY BREAKING WAVE'

Conocida por los fans más expertos porque sonó en algunos conciertos de la recta final de la gira 360º, en el 2010, aquí tiene un aspecto mucho más voluminoso, con un medio tiempo envolvente e in crescendo, y aires de clásica canción majestuosa de U2, si bien apela a diversos clásicos del grupo. La letra se distancia del tono autobiográfico y evocador de la juventud que domina en el disco y apunta hacia las convulsiones de una relación de largo recorrido. 

'CALIFORNIA (THERE'S IS NO END TO LOVE)'

Los coros que la abren («Barbara, Santa Barbara») homenajean a los Beach Boys, símbolo de una California que el grupo visitó por primera vez en 1981 y que representa un estado mental. Uno de los momentos más pop y más certeros, con luz solar tamizada e con inflexiones emotivas entre alusiones a «la puesta de sol naranja sangre» y una pregunta melodramática: «Todo lo que necesito saber es si el amor tiene un final». 

'SONG FOR SOMEONE'

Una canción de amor que crece alrededor de una diáfana línea melódica. U2 en su versión más estilista, buscando el clímax con imágenes que hablan de pureza romántica. Texto sobre las primeras veces, con recuerdos de un acercamiento incipiente y tembloroso. Un Bono nostálgico de las sensaciones irrepetibles. Y con un punto cursi. «Me dijeron que no iba a sentir nada la primera vez / No sé cómo se curan estos cortes / Pero en ti he encontrado una rima». 

'IRIS (HOLD ME CLOSE)'

Iris es Iris Hewson, madre de Bono, que murió de derrame cerebral, cuatro días después de desmayarse en el funeral de su padre, cuando el cantante tenía 14 años. Le dedica unos versos conmovedores en los que aflora su creencia religiosa y su convicción de que ambos se reencontrarán. «Abrázame, la oscuridad nos permite ver / Quiénes somos / Tu vida está dentro de mí». Bono, de nuevo, buscando energía y motivación en las raíces, aquí las más íntimas. Sonido U2 de mediados de los 80.

'VOLCANO'

El bajo de Adam Clayton manda en esta pieza fibrosa, con un Bono que canta en falsete, y que retoma una versión primitiva del grupo, pos-punk, con estribillo airado y sin brotes de épica. Bono lucha contra un espectro, quizá, de nuevo, el de su madre, y transforma la ira en compromiso. «Estuviste solo / Ya no lo estás / Estuviste solo / pero ahora / Tú eres rock'n'roll / Tú y yo somos rock'n'roll».

'RAISED BY WOLVES'

El recuerdo de un atentado del IRA en Dublín, cerca de donde vivía Bono y del que se libró por cosas del azar, trae a un U2 digno de sus primeros y agrestes álbumes, con referencias a la destrucción producida por el coche bomba («sangre en la casa, sangre en la calle») y un mensaje final de desaliento existencial. «Las peores cosas están justificadas por una creencia (...) / Ya no puedo creer».

'CEDARWOOD ROAD'

Otra pieza que mira a los viejos tiempos: en el número 10 de Cedarwood Road, de Dublín, vivió Bono con sus amigos del grupo Virgin Prunes, Gavin Friday y Guggi Rowen. El recuerdo le lleva a construir una consistente canción que combina el tacto guitarrero garajero de las primeras estrofas con un estribillo certero y tratable, sin amago de exceso. Otro momento álgido.

'SLEEP LIKE A BABY TONIGHT'

Los andamios electrónicos y su recorrido intranquilo sitúan esta pieza más cerca de las ocurrencias de Zooropa que del U2 neoclásico que domina el disco. Letra inquietante, con imágenes siniestras, amagos de falsete y una guitarra chirriante en el tramo final. U2 en modo explorador.

'THIS IS WHERE YOU CAN REACH ME NOW'

Dedicada a Joe Strummer, se inspira en otro momento iniciático, de revelación adolescente: el concierto de The Clash al que los miembros del grupo asistieron en 1977 («todo cambió esa noche», escribió Bono en el 2007 en un artículo en The Guardian). «1, 2, 3 / fue suficiente / Soldado, soldado / Sellamos nuestras vidas / Rendición total / La única arma que conocemos».

'THE TROUBLES'

Cerrando, otro de sus momentos más sustanciosos en esta pieza pausada y con aura mágica. Texto enrarecido, vagamente místico, redimido por un hipnótico estribillo que repite «alguien caminó hasta el interior de tu alma», protagonizado por la sueca Lykke Li. El mejor final para esta obra oscilante, amparado en luminosos ideales de pureza y juventud.