ESTRENOS DE CINE

Clint Eastwood: «No dejo que el viejo Clint entre en escena»

Entrevista con el director de 'Jersey Boys', película sobre el grupo de los 50 Frankie Valli & The Four Seasons que se estrena el viernes

«No dejo que el viejo Clint entre en escena»_MEDIA_1

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PAZ MATA / LOS ÁNGELES

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No hay nada como mantenerse activo. Ese parece ser el mantra de Clint Eastwood, que, a sus 84 años sigue al pie del cañón. «Si trabajas duro, al final eres recompensado», comenta el actor y director en la presentación de su última película como realizador, Jersey Boys. Se trata de la adaptación al cine del musical homónimo que ganó cuatro premios Tony y que narra la historia de un grupo de chavales que, liderados por Frankie Valli, pasaron de cantar bajo una farola a ocupar los focos del mundo del rock de los años 60 cuando formaron la icónica banda, The Four Seasons.

El filme llega a hoy a nuestros cines.

-Sigue trabajando como el primer día. ¿Se considera afortunado?

-Sin duda. Cuando miro a mi alrededor ya no veo ninguna cara conocida.

-Se ha dejado barba.

-Cosas de las hormonas (risas).

-Hablemos de Jersey Boys.motivó a llevar al cine el musical?

-Muy sencillo. Me preguntaron si me interesaría y antes de contestar fui a ver el musical en Broadway tres veces. Me entusiasmó y les respondí que sí. El musical estuvo nueve años en cartel en Broadway y otros seis en Londres, eso ya fue importante a la hora de decidirme. Por eso quise utilizar a muchos de los actores originales de estas producciones, algunos de los cuales tienen a sus espaldas más de 1.200 funciones.

-Pensaba que usted era más fan del  jazz.

-Soy un apasionado de la música en general. Hace años dirigí Honytonk Man, la historia de un cantante de country. Me hubiera gustado hacer algo sobre un compositor de música clásica, envidié a Milos Forman cuando hizo Amadeus. Es cierto que soy un hombre de jazz y que la generación de la que habla esta película no me interesa tanto, pero sí la música de Frankie Valli y los Four Seasons.  La canción I can't take my eyes off you es lo más parecido a la música clásica de todo lo que he escuchado de los años 50 y 60, que particularmente no me pareció una gran era musical.

-Sin embargo la década de los 60 fue muy importante, sobre todo en EEUU, tanto cultural como políticamente. ¿Dónde tenía usted la cabeza y el corazón en esos momentos?

-Sí, es cierto que fueron años de mucho movimiento social, cultural y político pero yo he sido siempre un poco lento en todo. Mientras la gente empezaba a experimentar con drogas, yo seguía dándole a la cerveza (risas). Iba a mi bola, escuchando a Charlie Parker y Lester Young. Poco a poco fui apreciando la música country.

-En general, ¿qué recuerdos tiene de esos años?

-Fue una época en la que empecé a trabajar mucho en Europa, en Roma, en Londres y hasta en Almería. Pero yo crecí con la música de los años 40 y 50 y esa es la que ha educado mis gustos musicales, especialmente los 40, gente como Sinatra, Nat King Cole, Ella Fitzgerald, Sarah Vaughn o Peggy Lee. Para mí eso era música y no la que hacían estos jovencitos que podían ser tus vecinos de patio.

-Esa es la impresión que da su película. En vez de actores de envergadura como vemos en otros musicales, tipo Los Miserables, en Jersey Boys el único actor de renombre es Christopher Walken.

-Siempre he creído que si una película funciona tiene que hacerlo por su conjunto no porque tenga  unos actores de renombre. Hemos visto en numerosas ocasiones como filmes con grandes estrellas en su reparto luego no han calado en el público. Yo tenía muy claro que Jersey Boys tenía que funcionar por el conjunto de sus actores. Si estos habían tenido éxito haciendo esto mismo durante años, a pesar de no ser famosos, ¿por qué no va a  funcionar en la gran pantalla?

-Hablando de los años cuarenta, usted creció después de la gran depresión de los años treinta que acabó con la llegada de la segunda guerra mundial. Este país es muy distinto a aquel. ¿Es optimista respecto al futuro?

-Trato de serlo, aunque a veces resulte difícil. Hemos pasado por una larga y terrible recesión, muy difícil para todos. A pesar de ello, soy optimista porque no serlo es como coger la carretera en dirección contraria.

-Como actor, sigue usted trabajando bajo contrato con un gran estudio de Hollywood. ¿Como lo ha conseguido?

-Con suerte y manteniendo el interés por lo que hago, no dejando que el viejo Clint entre en escena. A ese le mantengo bajo llave. Si uno deja de mirar hacia delante y solo mira hacía atrás, se queda anclado en la nostalgia y no vive el presente. Yo lo vivo, aunque no siempre sea bueno.

-¿Cual es su prioridad en la vida?

-Mi familia y mis amigos, en ese orden.  Pero también disfruto estando activo profesionalmente y tengo la suerte de poder seguir haciéndolo. No hace mucho tuve la oportunidad de conocer al director portugués Manoel de Oliveira. Tiene 105 años y sigue trabajando, es un ejemplo maravilloso para todos los que vamos detrás, es un hombre que sigue interesado por la vida, en nuevos desafíos, un hombre  que vive fuera de sí mismo, que no se queda en casa a lamentarse de lo triste que es ser viejo. El secreto está en disfrutar de la vida y no dejar al viejo que salga fuera.

-¿Disfruta de su nueva soltería?

-He tenido tanto trabajo que no me ha dado tiempo a darme cuenta de que vuelvo a estar soltero (risas). He rodado dos películas sin parar, la última, la adaptación de American Sniper, la he terminado hace dos días.

-Hablando de ella, ¿qué le interesó de la historia?

-Cuando me pidieron que la dirigiera, estaba leyendo el libro por puro placer, iba por la mitad. Es una historia muy irónica con un final triste, pero el protagonista me intrigó. Conocí a su familia antes de empezar el rodaje y me interesó saber más de él. Un hombre que participó en dos guerras, Irak y Afganistán, dos conflictos que particularmente no me interesa mucho recrear, pero son actuales y la gente que está involucrada en ellos tienen una mentalidad muy distinta a los que participaron en la segunda guerra mundial.