Novedades editoriales en la recta final del Mundial de Brasil

Goles de cómic

El mundo de la viñeta penetra con dos libros en el área adulta del fútbol, un tema tradicionalmente visitado por los títulos infantiles y juveniles

de cómic Goles_MEDIA_1

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ANNA ABELLA
BARCELONA

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Al hablar de cómic y fútbol a muchos les vendrán a la mente los álbumes de Eric Castel, aquel futbolista creado en 1974 por Raymond Reding y Françoise Hugues que vistió sobre todo la camiseta del Barça. O la serie Campeones (Captain Tsubasa), con las interminables carreras por el césped de un Oliver también de azulgrana y Benji: un manga de Yoichi Takahashi nacido en 1981 y que marcó a toda una generación en los 90 gracias a la televisión. O Mortadelo y Filemón, que no se pierden un Mundial (en este de Brasil, en Ediciones B, Ibáñez envió a sus disparatados espías de la T.I.A. con la Selección española...). Rebuscando algo más surgen series como los mangas Supergol y la reciente Inazuma Eleven, un Superlópez de Jan -El Supercrack-, el Pepe, el hincha, del también brugueriano José Peñarroya, y títulos de Panini, como Los héroes de la MasíaNeymar Jr o El año en que fuimos campeones del mundo. Pero, salvo excepciones -como las tiras de Óscar Nebreda y Curro Corner, de Ozeluí, en El Jueves, Fuera de juego, un híbrido de 1987 con relatos de ciencia ficción de Patrick Cauvin surgidos de las láminas de Enki Bilal, que Norma recupera ahora-, todos son cómics para niños y jóvenes. Rompiendo esa línea y coincidiendo con el Mundial, la viñeta futbolera se vuelve adulta con dos estupendos goles que van más allá del deporte rey y donde este «es un escenario para hablar del ser humano», como apunta el dibujante, e irredento culé, Pablo Ríos, autor, junto al guionista y confeso madridista Santiago García, de Fútbol. La novela gráfica (Astiberri). El otro gol llega de la Liga italiana. El milanés Paolo Castaldi, que visitó el pasado Salón del Cómic de Barcelona, revela en La mano de Dios (Diábolo) la huella universal que dejó Maradona en Nápoles y en los napolitanos. Obras que apelan a futboleros y no futboleros, a comiqueros y no comiqueros.

«Que el fútbol se haya tratado poco en el cómic adulto ha sido un estímulo y un desafío -admite García-. Fútbol habla de personas, de la vida... Un narrador [su álter ego] va uniendo historias ficticias y reales en un juego desconcertante para el lector que no sabe cuál es cierta y cuál no». O sí.