El festival de músicas avanzadas

Creadores del futuro

El Sónar+D reúne a compañías y grupos de investigación que han desarrollado nuevos instrumentos musicales como una arpa láser

Interacción 8 El R-Control, una mesa táctil para crear música, ayer en el Sónar+D.

Interacción 8 El R-Control, una mesa táctil para crear música, ayer en el Sónar+D.

JOSEP M. BERENGUERAS
BARCELONA

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Las líneas que separan los creadores de los emprendedores, los tecnólogos, los distribuidores... están desapareciendo. El do it yourself ha venido para quedarse también en industrias creativas como la música, el cine o el arte, y buena muestra de ello se puede ver estos días en el Sónar+D, el congreso paralelo al festival musical que presenta más de 140 actividades y actos y que busca definir el futuro del sector artístico.

«La propuesta ha crecido en número de actividades pero también en ambición. El año pasado fue una beta; este año hemos dado un salto muy importante», destaca José Luís de Vicente, comisario del Sónar+D. La organización ya no tiene reparos en hablar de esta cita como un ente con personalidad propia: los conciertos son los conciertos, y el Sónar+D es el lugar donde se construye el futuro de la industria. En las conferencias y mesas redondas se habló ayer de, por ejemplo, cómo promocionarse en las redes sociales (lo hicieron el responsable de presencia digital de Shakira y los creadores de Littlemonsters.com, la red social de Lady Gaga), mientras que en otro de los espacios un centenar de programadores daba rienda suelta a su ingenio para crear, en solo 24 horas, una aplicación para móviles (Music Hack Day).

Pero el centro neurálgico del Sónar+D es el MarketLab, la zona de exposición de los proyectos de I+D musicales (o relacionados) de emprendedores, empresas y universidades. «El año pasado el 30% de los proyectos eran de fuera de España y el 70%, locales. Este año se ha dado la vuelta», expone De Vicente para demostrar el paso adelante del encuentro. De hecho, proyectos de mucho éxito a nivel mundial han recalado en el Sónar+D. Por ejemplo, Littlebits, el mecano de la electrónica: pequeños módulos que se conectan a través de imanes y que permiten crear circuitos más o menos complejos (desde una simple luz y pequeña pieza vibratoria a un sintetizador). El precio de los kits: entre 99 y 199 dólares (73 a 147 euros).

Otra de las empresas presentes era Subpac, que ha concebido un respaldo con miniordenador incorporado que se conecta a cualquier dispositivo de audio (iPod, móvil...) y que transforma los graves en vibraciones. «Funciona con cualquier canción. Es una experiencia inmersiva para que el consumidor sienta la música de otra manera», explicaba James Williams, del equipo de desarrolladores del invento, que ya está a la venta por unos 300 euros.

En el Sónar+D también se pueden encontrar nuevos instrumentos. El que más llamaba la atención era el Oval, la versión electrónica del percusivo Hang (de aspecto similar a un platillo volante). También los miembros de Wardenclyffe (surgido del Music Technology Group -MTG- de la Universidad Pompeu Fabra) mostraban otro instrumento, la LaserHarp, una arpa láser para tocar música cortando con las manos las líneas de luz proyectadas en el aire. Del mismo MTG es el R-Control, una superficie de control táctil para instrumentos electrónicos que permite crear música moviendo objetos. El Institut D'Arquitectura Avançada de Catalunya (IAAC), por su parte, presentó Ginga, unos sensores que transforman el movimiento del cuerpo humano en música.

La danza de los drones

Más allá del MarketLab, el colosal unidisplay dejaba con la boca abierta a los presentes: un monumental muro de luz de 36 metros de largo del artista alemán Carsten Nicolai que envuelve al espectador. No menos atención captaban las Oculus Rift, las gafas de realidad virtual, que tuvieron las mayores colas.

El colofón a la jornada lo puso una de las estrellas de la cita tecnológica, el artista japonés Daito Manabe. Pese a su escueto show (apenas 20 minutos), dejó mella con su espectáculo que fusiona danza contemporánea, proyecciones, leds y drones voladores.