CRÓNICA

Conjunción astral

Sisa, Portet y Oliver multiplicaron poderes en el Auditori

Aspecto del concierto de Sisa, Portet y Oliver en el Auditori de Barcelona.

Aspecto del concierto de Sisa, Portet y Oliver en el Auditori de Barcelona.

JORDI BIANCIOTTO
BARCELONA

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Podría haber sido un divertimento de entretiempo, pero la unión de Sisa, Quimi Portet y Joan Miquel Oliver, aunque se alimente de creaciones pretéritas, ha llegado un poco más lejos porque del contraste de personalidades salen nuevos ángulos expresivos. Un Sisa pletórico como maestro de ceremonias; un Portet con provechosos perfiles de crooner one man show, y un Oliver más discreto pero sólido, con un repertorio personal que, hasta ahora, había vivido a la sombra de Antònia Font.

El jueves, en el Auditori (Festival del Mil·lenni), el trío bautizado a última hora como Col·lectiu Eternity cruzó repertorios a placer, reafirmó complicidades y brindó algunos momentos para la intrahistoria de la canción galáctica y cercanías. Recital alargado respecto a su estreno en el Mercat de Vic, en el que Sisa, ejerciendo de patriarca accidental, apareció en la segunda canción, una Coristes i numismátics con tramas de guitarra a lo Sweet Jane, de Lou Reed.

ACENTOS ROCKEROS / Ese juego de guitarras de Oliver y Portet decantó el sonido global hacia el rock, aunque se mantuvo a raya, respetuosamente, en los tótems de Sisa, sobre todo La primera comunió, envuelta en una apropiada aura mística. Portet lució la melancólica Homes i dones del cap dret, si bien su gran momento fue un Sunny day tragicómico, moviéndose por el escenario micro en mano y degustando, como un entertainer de Las Vegas, estrofas que pulverizaban el mito del verano («It's a sunny day / Tothom somriu, socarrimat»). Y fue una buena ocasión para comprobar la críptica brillantez de piezas del Oliver solista como Sa núvia morta y Final feliç, que calaron pese a pasear acompañadas de canciones con mucha más trayectoria y reconocimiento.

Un atasco instrumental en La Rambla le restó poder y desplazó a Boletaires el clímax popular, ya que los últimos bises propiciaron un fundido a través de PallasoAquest any follarem com folls y la introspectiva La música dels astres. Culminaron el recorrido de una feliz conjunción astral.