ACTUACIÓN EN EL TEATRE PRINCIPAL

El presente de Boy George

El icono pop, rehabilitado y animado, ofrecerá mañana un 'set' de 'dj' en BCN

Boy George, fotografiado el miércoles en Londres, a su llegada a los Brit Awards de música.

Boy George, fotografiado el miércoles en Londres, a su llegada a los Brit Awards de música.

JUAN MANUEL FREIRE
BARCELONA

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Boy George (nombre real: George Alan O'Dowd) viene a Barcelona para mostrar sus habilidades como disyóquei, mañana por la noche en el Teatre Principal. Pero el año pasado publicó un nuevo disco de título irónico-reivindicativo: This is what I do, es decir, Esto es lo que hago. Desde finales de los 80, George, de 52 años, había sido más conocido por sus problemas con las drogas y las enredaderas legales producto de estos que por su labor artística. Ahora, limpio y animado, espera aclarar de una vez quién es, qué hace.

«El título del álbum es claramente reivindicativo», explica el artista, deque habla por los codos y, además, de manera certera. «La gente se distrae fácilmente con las peores cosas. Todo el mundo cree saber quién eres; y habitualmente se equivocan».

En los 80, cuando lideraba Culture Club, Boy George inspiró toda clase de reacciones con su apariencia andrógina. Algunas de ellas fueron muy positivas y jóvenes oprimidos por su propia sexualidad se sintieron inspirados. Esa clase de figura, transgresora en todos los sentidos, ya no se encuentra en el pop de hoy, dice él. «Ahora mismo el pop es como un trabajo más. Los jóvenes van a los concursos de talentos como el que va a la cola del paro a buscar algo. No hay peligro, ambición ni fascinación». Y todos los artistas suenan igual: a electrónica de estadio sin mucho intríngulis, la cacareada EDM. «Tienes a Lady Gaga, que es una artista atrevida con su imagen, pero luego suena ramplona. Y la misma Beyoncé también usa EDM en su nuevo disco. Todos quieren un pedazo de esa tarta».

MÚSICA «BUENA» / No se equivoquen, a George le interesa la electrónica, pero no esa clase de sonido, sino algo más «oscuro, con alma y espiritual». Mañana se marcará en BCN una sesión a base, sobre todo, «de tech-house y deep-house». Pero no se quedará en esas categorías. «Más que nada porque soy incapaz de pensar en categorías. Un buen disco es un buen disco. Antes ibas a una tienda y, si pedías algo, te daban algo bueno, sin más. Ahora te preguntan por el género. La música buena es buena y no hay más que decir».

Quizá alguien esperaba una sesión de revival nostálgico, pero él no está por la labor. Cree más en el presente: «¡Mi nuevo proyecto se llama RetroPhobia! (risas). Acabamos de sacar un tema fantástico que se llama Meet me in the basement. Tiene algo de música de baile clásica, pero con un giro. Si vas a ser nostálgico, que tenga un giro».