Fiesta de la industria discográfica hispana en Las Vegas

Grammys con sabor español

Carlos Vives recibe la felicitación de su mujer tras recoger los premios.

Carlos Vives recibe la felicitación de su mujer tras recoger los premios.

RICARDO MIR DE FRANCIA
WASHINGTON

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Decía esta semana un diplomático español que de la reciente visita de los Príncipes de Asturias a California y Florida (EEUU), le había sorprendido el calor demostrado por los estadounidenses hacia los herederos de la Corona, especialmente la comunidad latina. Esa querencia por lo español vivió la madrugada de ayer una nueva demostración en la entrega de los Grammy Latinos. La gala celebrada en Las Vegas tuvo un eminente sabor ibérico con los premios para Alejandro Sanz, Mala Rodríguez, Diego el Cigala y Tomatito, y los reconocimientos honoríficos a Miguel Bosé y Miguel Ríos por sus notables y dilatadas carreras.

Si se mide esta decimocuarta edición de los Grammy al peso, marcada por una lluvia que obligó a suspender la pasarela por la alfombra verde, los grandes triunfadores fueron el cantante colombiano de ballenato Carlos Vives y el estadounidense Sergio George. Ambos se llevaron tres gramófonos dorados, incluyendo la mejor canción para el primero por Volví a nacer. Pero los premios gordos fueron para el álbum Vida de Graco Rosa y la mejor grabación para Marc Anthony por Vivir mi vida.

En cualquier caso, la noche tuvo mucho acento español. Alejandro Sanz sigue escribiendo con letras de oro su lugar en el olimpo de la música latina. El madrileño se hizo con su décimosexto Grammy latino, esta vez con La música no se toca, mejor álbum de pop vocal contemporáneo. Solo Juanes y Calle 13 tienen más gramófonos que él. Sanz lo celebró cantando junto a 30 estudiantes del Berklee College of Music, la escuela de música más importante del mundo, donde recientemente fue investido doctor honoris causa.

«Es un día de emociones encontradas», dijo tras enterarse de que su amiga Irene Vázquez, la mujer del exministro José Maria Michavila, había sufrido un derrame cerebral tras dar a luz que, horas después, le causó la muerte. A ella, le dedicó el premio. Pablo Alborán dejó su sello interpretando Tanto en la ceremonia retransmitida por Univisión desde el casino Mandalay de Las Vegas, aunque se fue de vacío en las tres categorías en las que competía. Enrique Iglesias pisó el escenario en tres ocasiones, acompañando por Pitbull en una de ellas e India Martínez en otra.

DIEGO EL CIGALA Y TOMATITO / Mala Rodríguez había llegado a la capital del juego sin expectativas. «Así vivo más feliz», había dicho. Pero se llevó una sorpresa al hacerse con el mejor álbum de música urbana con Bruja. Diego el Cigala triunfó en la categoría de tango con El romance de la luna tucumana, el cuarto Grammy que acumula en sus estanterías. Uno más tiene a partir de ayer Tomatito. El maestro ganó en lo suyo con Soy flamenco, el mejor álbum del género para los miembros de la Academia Latina de la Grabación.

Miguel Ríos tuvo su noche el miércoles, cuando Pasión Vega le entregó el premio especial a su trayectoria en una ceremonia que no fue televisada. El rockero, de 69 años, alejado de los escenarios porque el «rock no es país para viejos», se lo dedicó a los que «resisten el avatar» de «un gobierno que desprecia la cultura».

Ese mismo día, su amigo Miguel Bosé, designado Persona del Año, vio como sus colegas de profesión interpretaban algunas de sus canciones. «Lo que me habéis regalado esta noche es inolvidable», dijo tras recibir el galardón de manos de Juanes y de Alejandro Sanz. La fiesta continuó para él el jueves. Miguel Bosé cantó Amante Bandido en solitario, y se hizo acompañar en tres duetos de su repertorio al lado de Juanes, Ricky Martin y Laura Pausini.