La enigmática 'La vida', de Picasso, expuesta por primera vez en Barcelona

'La vida', la enigmática obra cumbre de la época azul de Picasso que el artista malagueño pintó en 1903, con solo 21 años, y que nunca había podido exponerse en Barcelona, donde la alumbró, al fin regresa a la ciudad, aunque sea temporalmente, desde hoy y hasta el 19 de enero del 2014. El impresionante lienzo es el epicentro de la exposición 'Viaje a través del azul: La vida', organizada en el Museu Picasso de la capital catalana y que conecta la pintura, propiedad del Cleveland Museum of Art, que lo ha cedido excepcional y temporalmente, con un óleo de la colección de la pinacoteca de la calle Montcada: 'Azoteas de Barcelona', pintada también en la ciudad y en 1903. 

La muestra, comisariada por Reyes Jiménez y Malén Gual, conservadoras del Museo Picasso, tiene un carácter científico, que permite concluir que 'La vida' no fue una creación espontánea, fresca y aislada sino «el eslabón principal de una cadena de escenas abandonadas por el camino». El estudio ha indagado en los procesos creativos del artista que desembocaron en 'La vida'. Una radiografía realizada a 'Azoteas de Barcelona' ha revelado que Picasso la pintó sobre otra obra, de formato vertical, en la que aparecen un hombre y una mujer desnudos y de pie, cuya evolución, que puede apreciarse a través de otros dibujos presentes en la exposición, realizados entre 1902 y 1903, habría culminado en la pareja que finalmente aparece en 'La vida'. Esta pintura subyacente de 'Azoteas de Barcelona' había permanecido oculta hasta ahora.

El suicidio del amigo Casagemas

En 'La vida', la pareja se muestra abrazada y desnuda: la cara del hombre es la del amigo de Picasso Carles Casagemas, cuyo suicidio marcó al entonces joven artista; la de la mujer es de Germaine, que había rechazado a un enamorado Casagemas y que acabó, tras su muerte, siendo amante de Picasso. A la derecha, aparece una mujer mayor con un bebé en brazos, cubierta con una túnica, típica en las obras de la época azul del pintor, después de que este visitara una prisión donde había prostitutas con enfermedades venéreas y trasladara la expresividad de los rostros a los cuerpos, escondidos tras esas túnicas. En el centro, entre ambos grupos de figuras, dos cuadros: en el de arriba una pareja desnuda, abrazada y sentada, en el de abajo un hombre. Esos cuadros, en los dibujos preparatorios aparecen sobre caballetes, como si estuvieran en el propio taller de Picasso. En 'La vida' los caballetes han desaparecido.

Otro cambio es el hecho de que en 'La vida', la cara del hombre es la de Casagemas, cuando tanto en la pareja subyacente de 'Azoteas de Barcelona' como en el resto de dibujos es mayoritariamente la del propio Picasso. El dolor por la muerte de su amigo probablemente le inspiró, en una obra que llama a reflexionar sobre la vida, la pareja y el paso del tiempo.

Reutilización de obras terminadas

Que Picasso reutilizara obras terminadas para pintar sobre ellas nuevas composiciones era habitual en él entre 1900 y 1904. Otro ejemplo sería la propia 'La vida'. Ya en unos estudios realizados en 1978, una radiografía había revelado que pintó sobre la obra 'Últimos momentos', tela con la que Picasso había participado en la Exposición Universal de París de 1900 pero sobre la que no se supo nada más. En la muestra se puede apreciar un dibujo preparatorio de 'Últimos momentos' y qué elementos de este conservó en 'La vida'.

La muestra también ha permitido reivindicar 'Azoteas de Barcelona', una obra, que según los comisarios fue muy querida por Picasso, para quien tenía un significado sentimental ya que le acompañó en todos los talleres en los que trabajó con posterioridad y nunca se desprendió de ella.