CRÓNICA
Locura con Lana del Rey
Los jóvenes fans de la cantante agitaron el Festival Jardins de Pedralbes
Antes de Lana, todo era calma en Jardins de Pedralbes. O relativamente: la artista apostó por una ambientación sonora inquietante, compuesta por una grabación distorsionada deLa consagración de la primaverade Stravinski, latigazos de la banda sonora deTwin Peaks: fuego camina conmigoy mítines políticos. Cierta inquietud también se respiraba.
Pero el caos llegó con la irrupción en escena de la artista. Los jóvenes fans que hasta entonces habían permanecido discretamente apostados en sus butacas -mucha niña con corona de flores, al más puro estilo Lana- decidieron entonces correr hacia el escenario para ver de cerca y, con suerte, tocar a su ídolo. Ella no rechazó el amor, sino todo lo contrario, y trasColasiguieron varios minutos de fotos, autógrafos, y desde el sector de espectadores todavía sentados, cierto y comprensible desconcierto.
«¡Canta algo, Lana!», gritaba uno de ellos. Ciertamente, Del Rey -en el directo bien apoyada por banda completa y una pequeña sección de cuerda- pudo esperar al final de la velada para darse el baño de masas. Cuando volvió a cantar, los fans siguieron apostados en primera línea. Parte del público sentado se puso de pie, los todavía sentados vieron su visión bloqueada¿ Confusión. Al final deBody Electric, de nuevo haciéndose fotos con la gente, Lana declaraba: «Lo siento si estoy volviendo loco a todo el mundo». Un poco sí, nos tememos.
Y la verdad es que, en el plano vocal, no lo hacía mal. Afinó en prácticamente todo momento y supo sacar lustre ahitsefectivos comoBlue jeans, con risas por medio por las acciones invasivas de los fans, oBorn to die. Después de esto el festival decidió poner orden y devolver al público más activo a sus lugares originales, para beneplácito de la mayoría. Canciones comoCarmen, su versión deBlue velvet,Young and beautiful-de la banda sonora deEl gran Gatsby- yAmericanpudieron disfrutarse más o menos plácidamente. Después deSummertime sadness, sintió de nuevo, no obstante, la necesidad de hacerse fotos.
Y LLEGÓ 'VIDEO GAMES' / Pero todo se le perdonó, o casi, con un difícilmente resistible díptico final:Video games, la canción que la convirtió en fenómeno, yNational anthem, en la que casi rapea los versos. «Dime que soy tu himno nacional», cantaba con una bandera americana estratégicamente situada en el escenario. El patriotismo como metáfora del amor obsesivo. Se mire como se mire, artista intrigante.
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