TRIBUNA

Nos dio esperanza

ENRIQUE URBIZU

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Curro Jiménez me pilló entrando en la adolescencia. El momento perfecto, porque yo ya sentía la vocación para el cine. Cuando sonaba la música de la serie en casa decíamos: «¡Empieza Curro!» e íbamos todos a verla.Curro Jiméneznos dio esperanza, esperanza para pensar que en España se podía hacer cine de género, acción, aventuras.

Para mí, como cineasta, fue un honor trabajar conSancho Gracia. El guion deCachitolo escribí con una fotografía de Curro Jiménez delante del ordenador. No sabía si iba a aceptar el papel porque el personaje era un canalla total, el reverso del bandolero. Pero dijo que sí. Y lo hizo encantado. EnLa caja 507también tuvo la inmensa generosidad de trabajar conmigo. Para entonces, ya estaba convaleciente de la quimioterapia y tenía aspecto de eso, de convaleciente. Pero fueron unos días maravillosos de rodaje. Tenía una energía que nos tumbaba a todos. Era fuerte, enérgico. A los jóvenes se nos llevaba por delante. Era inquieto y emprendedor. Si no le llamaban, él se ponía a enredar para levantar papeles, obras, producciones. Siempre tenía ideas en la cabeza. Si tú no le proponías nada, venía él y lo hacía. Era estupendo, y no solo trabajando sino contando historias. Un grandísimo tertuliano. Inagotable. Rodar con él era un placer, pero tener una sobremesa… Daba gusto estar con él. Qué vitalidad.

Con las mujeres fue un gran seductor. Un tío tan guapo… Y tan serio. Gustaba a las chicas y a las señoras.

Ayer por la mañana me levanté muy temprano. Puse la radio y entonces escuché la noticia de su muerte. Se ha ido un compañero de oficio y un amigo. La pena es enorme, pero también pienso que es el final del sufrimiento, una liberación. Y, al mismo tiempo, evidentemente, una gran pérdida. Se va uno de los grandes, pero están otros. Los jóvenes. Como su hijo,Rodolfo Sancho, que ha heredado su gran clase. También su elegancia y su seriedad. Es un tipo encantador y un actor riguroso. Benditos sean, ellos y su familia.