DE LA LECTURA A LA ACCIÓN

Clases para aprender a buscar respuestas

The school of life es también una moderna academia

Entrada del centro The School of life abierto por Alain de Botton en Londres.

Entrada del centro The School of life abierto por Alain de Botton en Londres.

S. E.
LONDRES

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Actúa, después reflexiona». Así, rompiendo con cualquier consejo precedente, instruye a los alumnos David Baker, profesor de la claseCómo encontrar un trabajo que me guste, en The School of life, la escuela creada por De Botton. «El cerebro esta dotado para convencernos de no cambiar nada», avisa Baker antes de zambullirse en el curso. Es su manera de sugerir que se intenten nuevas cosas en el tiempo libre.

Para dar contexto al dilema moderno a la hora de afrontar la vida profesional, Baker, periodista, consultor y ahora profesor, explica que las opciones no siempre han sido tan abundantes como en la actualidad. Primero, la gente vivía exclusivamente de la tierra que cultivaba. Con la llegada de los oficios, el hijo seguía, la mayoría de las veces, la profesión de su padre. Ahora, lo que reina es elflexicapitalismo, donde los empleados van de puesto en puesto y los empresarios contratan y despiden rápidamente.

DE ABOGADO A MASAJISTA / Ahora el mercado laboral ofrece más flexibilidad, pero al mismo tiempo también presenta una mayor inseguridad y, sobre todo, obliga a una multitud intimidante de decisiones. Eso es lo que trae la gente aquí, a una clase que ayuda a saber darse cuenta, de manera práctica e intuitiva, de qué tipo de trabajo realmente es el que le conviene. Por ejemplo, participa en la clase una mujer que era abogada, luego se reinventó como documentalista y ahora es masajista. Está buscando algo que sea más intelectual, pero hay condiciones: «Es imposible encontrar un trabajo que case con ser madre. Cuando tenía 19 años, no pensé ni un momento en qué trabajo me permitiría criar niños», explica.

En la búsqueda a la respuesta de la pregunta del millón: ¿Qué trabajo me conviene?, Baker invita a los asistentes a dibujar un mapa de su vida profesional, incluyendo a las personas, sucesos e ideas que les influyen. La finalidad es intentar liberar a los presentes de las expectativas de la familia, la sociedad y la educación ponen en ellos. La clase da una metodología para evaluar los valores, talentos y objetivos de cada uno para poder averiguar el tipo de trabajo y empresa más apropiados. Dado el estado angustiante del mercado laboral actual, es razonable acusar el complejo de inutilidad, pero Baker insiste en que «todos merecemos un trabajo que nos anime».

MENSAJE ESPERANZADOR / La clase, que dura dos horas y media, es estimulante, realista y amplia. «Cubre aspectos que otras clases evitan, y es mucho más humana», apunta un corredor de bolsa. Los alumnos escriben un párrafo que les describe, párrafo que otro participante lee mientas el resto expone ideas con posibles trabajos sugeridos a partir de la descripción. La clase termina con un mensaje claro y tranquilizador: «Estamos compuestos de muchos seres, está bien experimentar. La vida profesional es como un río y no una carretera, hay recodos y recovecos, y no siempre sabemos lo que va a venir».