Tragicomedia con negro

«La colaboradora del título es una mujer que hace de negro literario y se dedica a escribir biografías por encargo, tipo la de Nacho Vidal o la de una monja que hacepastissets, pero no se esconde de ello. En la portada de esos libros sale aquello deescrito con la colaboración de...¡A mi me propusieron escribir la de David Bisbal! Pero antes que eso me voy a las minas de Siberia!». Con su humor marca de la casa Empar Moliner presenta a la protagonista deLa col·laboradora(Columna / en castellano en junio, en Espasa), un libro que significa su regreso a la novela después de que hace 12 años ganara el Premi Pla conFeli, esthéticienne.

Volcada desde entonces en los relatos, Moliner, que ha cambiado de editorial con la mirada puesta en futuras traducciones, no ha abandonado su fina ironía al escribir. Pero advierte: «esta novela quiere ser una cosa seria. No es una comedia trágica porque no acaba bien. Tiene más de tragedia que de comedia». En ella, además de reflejar lúcidamente y sin autocensuras el mundo editorial, muestra con acidez, sátira e inteligencia la sociedad de hoy, con sus «debilidades, mentiras y grandezas», apunta su nueva editora en catalán, Berta Bruna.

COCA Y ALCOHOL / Según Moliner, su protagonista era una adicta a la coca que debe dejar el alcohol. «Son cuestiones que conozco de cerca, pero no es una novela autobiográfica -alerta-. He querido explicar las miserias y alegrías de la cocaína». Lacolaboradoraes una mujer separada de 45 años que tiene una hija, igual que la autora, y que se enfrenta, entre otras cosas, a los miedos de dejar a su niña de tres años con su padre. «En esta Barcelona de hoy hay más separados que nunca», afirma la escritora catalana, que ha encontrado en los foros de internet una inagotable fuente de información. «Con todos esos testimonios, son como los programas de radio de antes. Hay historias brutales tipo Paco Lobatón yQuién sabe dónde! que me rompían el corazón. Son foros que bien podrían llamarse mujeresabandonadas.com».

También habla del «amor interracial» a través de otro personaje femenino que «se lía con un vendedor de bolsos del top manta. En los foros hay muchas mujeres que explican que si el tío está casado en Senegal o que la quiere solo por los papeles».

Su protagonista es del tipo «narrador opinador», como los de los autores que seducen a Moliner -Bukowski, Cheever, Dorothy Parker, Martin Amis-. «Es un personaje poco de fiar. No es excesivamente inteligente pero tampoco es imbécil. Ella querría ser escritora y sabe que no puede serlo pero no soporta a aquellos impostores que dicen que lo son».

Tampoco se libran de la sátira personajes que recuerdan a tertulianos como Pilar Rahola, un mundo que Moliner conoce bien a través de sus apariciones en TV-3. «Trabajar en televisión hace que veas que ese mundo es espectacularmente tópico. El tertuliano es un espécimen muy curioso. Mis personajes tienen un poco de todos. Si explicas en la tele que tu marido ha roto algunas camas como hizo ella, ¿dónde está el límite?».

Y otro objetivo cumplido: «Explicar cómo en política muchas decisiones que afectan a una gran mayoría son producto de la casualidad o surgen tras tomar unas copas. Las decisiones más bestias se toman tras unas copas. ¡Una puede haber sido el rescate de Grecia!».