EL escritor recibe el primer doctorado HONORIS CAUSA DE LA uvic

Teixidor, «hijo de la Plana»

El autor de 'Pa negre' recibe el homenaje de la Universitat de Vic

Emili Teixidor saluda, desde lo alto del estrado del aula magna de la Universitat de Vic, al expresidente Pasqual Maragall.

Emili Teixidor saluda, desde lo alto del estrado del aula magna de la Universitat de Vic, al expresidente Pasqual Maragall.

ERNEST ALÓS
VIC

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Asus 78 años, y con la salud perjudicada, Emili Teixidor se mira las cosas con distancia. Podría haber interpretado la decisión de la Universitat de Vic de convertirlo, ayer, en el primer doctor honoris causa de la institución, como un homenaje de la comarca en la que creció a una larga vida como escritor y pedagogo, con tono de balance final. Y en consecuencia, dedicar al auditorio un sentido repaso de su pasado, de los lazos con su tierra, de la memoria de los vencidos a quienes ha dedicado sus últimos libros, de las generaciones de discípulos que lo tuvieron como maestro... O bien no darse por aludido, dejar claro a todos que la vida sigue, y responder académicamente, con un discurso de aceptación, impetérrito, sobre el papel de la universidad y las humanidades en tiempos de crisis. Que es lo que hizo.

Una sola concesión hubo cuando, al empezar el parlamento, el escritor admitió que el título tiene «una especial significación» para alguien que es «hijo de la Plana, de la Comarca, que pasó un montón de años como maestro en Roda de Ter». También una explicación para su muestra de pudor: «Tengo reticencia a hablar de los episodios que me tocan más de cerca. Ciertas cosas, especialmente las más delicadas, corren el peligro de deshacerse si se dicen en voz alta. Y pasar otra vez por todas nuestras experiencias sería banal». Y cuando parecía, por un instante, que se ablandaba, carpetazo: «Ya está bien todo como está y no le demos más vueltas que aún lo estropearemos».

Así que Teixidor se contuvo, delante de un auditorio lleno de profesores y personal de la universidad, (heredera de la escuela de maestros con la que siempre colaboró en sus inicios) y con una muy limitada presencia de autoridades (ni el alcalde de Vic, ni elconseller de Cultura, ni el secretario de Universitats, todos ellos en esos momentos en el pleno del Parlament), con la excepción delexpresidentPasqual Maragall y el director de la Institució de les Lletres Catalanes, Oriol Izquierdo).

Y en lugar de hablar del pasado, lo hizo sobre la universidad como «el último lugar de resistencia crítica ante todos los poderes», en el que las humanidades sirvan para poner un punto de pausa «en un tiempo en que la acción, las obras, los resultados, son casi exigidos por la sociedad y por los que ordenan y mandan sin preocuparse demasiado de la reflexión previa». Según Teixidor, en una crisis que está dejando al margen a tanta gente, «el Estado tendrá propuestas políticas, y las humanidades buscan soluciones humanas».

«LA PEDAGOGÍA DE LA LECTURA» / Así que el recuerdo de los «episodios que tocan de cerca» que Teixidor soslayó fue a cargo de Ricard Torrents, el primer rector de la universidad que ha decidido celebrar su 15 aniversario con el homenaje al escritor y cuyos lazos con el él van a parar muy lejos en el tiempo y muy cerca en el espacio: fue el padre de Torrents, de Folgueroles, quien condujo la tartana que llevó a su boda a la madre de Teixidor, de la cercana masía de Fussimanya.

Para Torrents, en Teixidor, «líder de la pedagogía de la lectura», no hay dos personas, «el pedagogo y el escritor», sino que su obra, su literatura y su dedicación a la educación, tanto en la Plana de Vic como en la Barcelona de la zona alta, son distintas caras de «un proyecto humanista que las atraviesan».