RECONOCIMIENTO A UNA CARRERA

Pedro Olea recoge su Maria Honorífica

El director bilbaíno se ha acercado al género fantástico en algunos filmes emblemáticos

JUAN MANUEL FREIRE / Sitges

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El cineasta Pedro Olea ha recogido este viernes, de manos de Ángel Sala, director del festival de Sitges, y Carmelo Romero, director del festival de Málaga, una Maria Honorífica en reconocimiento a su contribución al cine de género. Una aportación tangencial pero valiosa, con hitos como la desmitificación de la licantropía de El bosque del lobo (1970), el terror de secta La casa sin fronteras (1972; considerado por el realizador como su único filme fantástico) y la historia sobre brujería Akelarre (1984), proyectada en este mismo Sitges como parte del ciclo de rescates Sitges Clàssics.

"No hay mejor premio que el que no esperas", ha dicho Olea. "Siempre me ha gustado el fantástico y el terror", ha señalado, antes de revelar que su primer trabajo en la escuela de cine fue la adaptación de una obra de Ray Bradbury, el clásico escritor fantacientífico. "Ángel y su equipo me han dado esta maravilla... Que es lo más hermoso que me han dado", declaró Olea con emoción visible.