entrevista con el Protagonista de 'Eva'

Daniel Brühl: «El ser humano no lo está haciendo bien»

<b>El actor hispano-alemán</b> presentó ayer en Venecia 'Eva', mezcla de ciencia ficción y triángulo amoroso dirigida por el debutante Kike Maíllo y producida por Escándalo Films, compañía vinculada a la ESCAC. El filme abrirá el próximo festival de Sitges.

Daniel Brühl, ayer en Venecia, en su comparecencia ante los fotógrafos.

Daniel Brühl, ayer en Venecia, en su comparecencia ante los fotógrafos.

NANDO SALVÀ
VENCIA

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La Mostra de Venecia acogió ayer, fuera de competición, el estreno mundial de Eva, ambicioso proyecto vinculado a la Escola Superior de Cinema i Audiovisuals de Catalunya (ESCAC) y dirigido por el realizador barcelonés Kike Maíllo en su debut en el largometraje. El actor hispano-alemán Daniel Brühl (Barcelona, 1978) interpreta a un ingeniero cibernético en el filme, ambientado en un futuro cercano en el que los seres humanos viven acompañados de criaturas mecánicas.

-Evaes cine de ciencia ficción hecho en España y, por tanto, una película rara. ¿Qué pensó usted de ella al leer el guión?

-Confieso que cuando me presentaron el proyecto tuve mis dudas. Pensé: ¿una película de robots hecha en España? Después de todo, los europeos no tenemos presupuestos como los de Spielberg. Por supuesto, yo ya había oído hablar del talento de los artistas que salen de la

ESCAC, pero en todo caso trabajar con un director novel siempre es un riesgo. En todo caso, todas esas zozobras desaparecieron cuando me mostró un tráiler de adelanto de la película, y aluciné con la calidad de lo que vi. Y me interesó mucho que no pretendiera hacer una película con 100.000 robots y naves espaciales, sino darle una vuelta al género y usarlo para hacer un melodrama.

-Los robots que aparecen en la película se añadieron en posproducción, por lo que usted tuvo que rodar algunas de sus escenas hablándole al vacío. ¿Eso cómo se lleva?

-Es difícil, porque en buena medida el trabajo de un actor se alimenta de la interacción con otros actores. Sin ese anclaje estás perdido. Tenía la sensación de estar haciendo un trabajo horrible. Yo soy un actor muy paranoico y me temía que el resultado sería como una película de Ed Wood. Afortunadamente, Kike y su equipo se encargaron de que no fuera así.

-En Eva usted interpreta a un científico. ¿Trató de convertirse en uno? Es decir, ¿es un actor de método?

-No, de todos modos no habría servido de nada. Soy muy tonto, sobre todo para las ciencias. Además, al fin y al cabo Evaes cine de género que no ahonda demasiado en el terreno científico, no pretendo banalizar la película pero es así. Mi mayor reto fue desarrollar la relación que mi personaje establece con Eva, la niña protagonista, y lograr la empatía necesaria con ella para que el viaje emocional que realizan juntos resultara convincente.

-Se imagina un futuro como el de la película, en el que los hombres y los robots humanoides conviven normalmente?

-No, no lo creo. Me parece que una película comoHijos de los hombres ofrece una visión más realista, y más negativa.

-Esa película es una distopía. Parece ser que no es muy optimista acerca del futuro de la humanidad.

-Es obvio que no lo estamos haciendo bien. Vivimos tiempos muy delicados, y que el mundo podría irse al garete en cualquier momento. La crisis económica puede llegar a tener consecuencias aún más brutales. Respecto a las revoluciones en los países árabes, debemos confiar en que se van a resolver de forma democrática y pacífica pero también podría montarse un buen pollo, y del medioambiente mejor no hablamos. No sé, tal vez la sociedad tome conciencia y empecemos a hacer las cosas bien, pero no lo creo. Por otra parte, sé que mi discurso es un poco absurdo, porque tampoco creo que en toda la historia de la humanidad haya habido un momento mejor para vivir que éste.

-Usted ha trabajado en España, en Alemania, en Estados Unidos, en Francia. ¿ Qué diferencias hay entre estos países a la hora de rodar?

-La gran diferencia, en realidad, es el vino. En Francia y en España, bebemos vino tinto en la comida. Y eso está muy bien, porque relaja la atmósfera. En Alemania, el alcohol está prohibido. Eso sí, los técnicos tienen cajas de cerveza en sus camiones y, al final de la jornada, están dispuestos a compartirla.

-¿Qué importancia tiene Hollywood en sus planes?

-Nunca ha sido una prioridad, no quiero obsesionarme con ello. Hay muchos actores que se van a vivir allí y hacen cien mil cástings en espera de su oportunidad. Eso nunca me ha interesado. Mi meta es llegar a tener, al final de mi carrera, un estante con 10 DVD de películas mías que me hagan sentir realmente orgulloso. Creo que si tienes paciencia las cosas acaban saliendo. Este año tuve una fase de sequía de papeles, pero no me puse nervioso, entre otras cosas porque estoy muy ocupado escribiendo un libro sobre Barcelona. Y ahora acaba de llegarme un papel maravilloso: interpretaré a Niki Lauda en elbiopic que Ron Howard va a rodar sobre él.