Adiós a un personaje clave del panorama cultural catalán

El impulso obstinado

En 1959, portando el cuerpo de Carles Riba.

En 1959, portando el cuerpo de Carles Riba.

CARLES DUARTE

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Hay personajes que son decisivos en un momento determinado de la vida de un país. No lo son en absoluto porque aparezcan cada día en los medios de comunicación sino porque el fruto de su acción acaba incidiendo positivamente en muchos aspectos fundamentales: en la difusión de conocimientos, en el desvelo de la conciencia, en la adopción de actitudes y puntos de vista...Joan Triadú,un hombre ético y con una visión espiritual del mundo, ha sido un caso evidente de ello.

El impulso que lo empujó a trabajar con rigor y con ambición al servicio de la cultura y la educación no nace de un proyecto o de unas aspiraciones que se limitasen al ámbito personal. No se trataba solo de escribir una obra literaria, de poner en marcha un centro de enseñanza... No, el verdadero motor vital deJoan Triadúera una pasión de reconstrucción, de normalización y de relanzamiento de un país herido por la guerra civil, el exilio y el franquismo.

Catalunya necesitaba volver a creer en sí misma y necesitaba afirmarse y reivindicarse no solo políticamente, sino, antes que nada, cívica y culturalmente. Varias generaciones se han enriquecido con el magisterio de unJoan Triadúque les contagió su sentido de exigencia y su entusiasmo constructivo. Las convicciones firmes y el aliento constructivo que las ha caracterizado constituyen para muchos de los dirigentes culturales y políticos de hoy un revulsivo y nos ayudan a orientar nuestra parte del camino.

Yo, que de niño no tenía un nexo inmediato con el mundo deTriadú,recibí, sin embargo, su latido en las noticias que me llegaban a través del profesor que en la asociación de vecinos Joan Maragall me enseñaba a escribir en catalán o en las escasas clases de catalán que recibíamos en la escuela. Era un mundo de resistencia y de afirmación que abría espacios para un auténtico enderezamiento que ya se estaba empezando a desencadenar desde hacía tiempo, a menudo con una implicación personal muy significativa deTriadú,y que la muerte deFrancoharía estallar con toda la fuerza que tenían que aportar la recuperación de la democracia y el restablecimiento de la Generalitat y el autogobierno.

EDUCACIÓN Y CULTURA /Joan Triadúsolía identificarse como pedagogo y era, además, un escritor y un crítico de admirable talento y de indiscutible solidez, que se ha convertido en un verdadero modelo por el modo de encarnar un proyecto de país, por su visión ordenadora y edificadora que recuerda al Noucentisme, porque, lejos de una concepción raquítica o individualista, se ha basado en un esfuerzo de examen crítico de la realidad cultural con el fin de fortalecerla y de llevar a cabo la sistematización necesaria para facilitar la pervivencia y la transmisión.

ParaJoan Triadúfueron objetivos ciertamente principales la difusión de la creación cultural y del conocimiento de nuestras raíces, la formación en los valores humanistas y la configuración de redes y espacios institucionales que fueran instrumentos de continuidad y de futuro. En 1993Agustí Ponspuso a la biografía que publicó deJoan Triadúun título muy apropiado,L'impuls obstinat, pues es una expresión bastante evocadora y representativa del talante que hizo que la vida deTriadúfuera fructífera.

Director de la Fundació Lluís Carulla.