PRIMERA APARICIÓN TRAS NUEVE MESES RETENIDO

Polanski se exhibe

El director asiste a un concierto de su mujer, posa con ella y da una entrevista por televisión tras ser liberado por la justicia suiza

Roman Polanski y su mujer, Emmanuelle Seigner, tras el concierto de esta en Montreux.

Roman Polanski y su mujer, Emmanuelle Seigner, tras el concierto de esta en Montreux.

EL PERIÓDICO
MONTREUX

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Hace solo una semana que la justicia suiza levantó el arresto domiciliario contra el director de cine Roman Polanski, tras rechazar la demanda de extradición de un juez de Estados Unidos por haber mantenido relaciones sexuales con una menor hace 33 años. Y antes de regresar a Francia, donde reside habitualmente, este fin de semana se ha permitido un paseíllo triunfal: «Feliz de estar libre», primero concedió una entrevista en la televisión suiza francófona TSR y la noche del sábado asistió al concierto de su mujer, la actriz y cantante francesa Emmanuelle Seigner, que abrió su actuación en el Festival de Jazz de Montreux con unos compases de la banda sonora de la terroríficaLa semilla del diablo,la película que lanzó al estrellato a Polanski en 1968. Para acabar, el festival distribuyó ayer el resultado de una relajada una sesión de fotos de ambos, sonrientes.

Volver a Gstaad

Polanski aseguró a la televisión helvética que mantenía «toda su amistad con Suiza» a pesar de que un juez de Berna dictase su reclusión durante nueve meses. Los dos primeros los pasó en la prisión del cantón de Winterthur y los siete últimos en su mansión de Gstaad, con una fianza de tres milles de euros, mientras se resolvía la petición de extradición presentada un magistrado de Estados Unidos que no reconoce el acuerdo privado al que llegaron el cineasta y la familia de Samantha Geimer, que tenía 13 años cuando sucedieron los hechos. «Prometo volver a Gstaad», añadió, tras agradecer a los habitantes de la ciudad «su apoyo, las flores y las botellas de vino».

Durante este largo periodo, numerosos intelectuales franceses han hecho una bandera de la libertad de Polanski, de 76 años, que ayer sostuvo que es una «animalada» sostener que su condición de artista le había hecho merecedor de un trato de favor ante la opinión pública.

Durante su encierro domiciliario, el director francopolaco llevó una pulsera electrónica para evitar su fuga que, según explicó, le cortó su hijo Elvis en cuanto las autoridades suizas confirmaron la negativa a conceder su extradición, permitiéndole a partir de este momento viajar a Francia o a cualquier otro país donde no pueda ser extraditado a Estados Unidos. Ayer, en lugar de la pulsera de seguridad, lucía en su muñeca una cinta de plástico verde como invitado VIP al festival de Montreux.

Polanski sostuvo que se habría podido «fugar facilmente» hasta llegar a la frontera francesa, donde habría estado a salvo de las peticiones de extradición, pero que «nunca» le pasó por la cabeza hacerlo.

En un 4x4

Roman Polanski llegó a la pequeña ciudad situada a orillas del lago Léman en un 4x4 de vidros opacos, acompañado del fundador del festival de jazz, su amigo Claude Nobs. Durante el concierto, salvo el homenaje implícito de los compases elegidos por Seigner, la mujer del cineasta no hizo ninguna alusión a la presencia de su marido en el auditorio.