Crónica

Luminosa y mágica evocación

T de Teatre y Alfredo Sanzol sintonizan con buen tono en 'Delicades'

Una escena de 'Delicades', la alianza de T de Teatre y Alfredo Sanzol.

Una escena de 'Delicades', la alianza de T de Teatre y Alfredo Sanzol.

CÉSAR LÓPEZ ROSELL
BARCELONA

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Alianza fructífera de la compañía T de Teatre con Alfredo Sanzol. Él había encontrado la inspiración creativa después de verlas en Madrid con¡Hombres!en 1995 y ellas sintonizaron con el autor tras asistir en el Lliure a la representación de su obraSí, pero no lo soy. Los coincidentes caminos estilísticos les han llevado a la colaboración y así ha surgidoDelicades,una luminosa pieza edificada sobre 18 pequeñas historias rurales inspiradas en las vivencias del director con su abuela y tías y que, en conjunto, ofrecen la visión del universo de una realidad social y política.

Este homenaje a las mujeres silenciadas en los años 30 que estrena el Poliorama está tejido con una poética y humorística dramaturgia, potenciada por la traducción de Sergi Belbel. La mirada de niño de Sanzol proyectada sobre sus antepasados halla respuesta con ensoñadora imaginación a las preguntas que nunca le fueron contestadas sobre la vida de su abuela y su entorno.

INGENIOSOS DETALLES / La espléndida y bien iluminada escenografía juega con un cielo lleno de nubes y con la tierra sobre la que se desarrollan lossketches.No todas las minihistorias tienen la misma fuerza, pero el montaje crece en intensidad a medida que avanza la función. Narradas con dosis de realismo mágico, pero con golpes que rozan el absurdo y desatan la risa, el ingenio aparece en los pequeños detalles.

En un rosal muerto crece una espectacular rosa y de un ciruelo cuelgan manzanas –metafórica alusión al amor a las plantas de la abuela–. Una pareja observa angustiada cómo un tren pasa por encima de su perro y no saben si ha sido arrollado. Un soldado envía a su amigo para que fotografíe desnuda a su novia ante la estupefacción de la familia. Una mujer encuentra la heroicidad necesaria en un compañero de su celoso marido para matar un ratón. Una costurera engancha un crucifijo a la pared con cemento para que no se lo lleven los milicianos...

Carme Pla desborda comicidad y carisma interpretativo y se luce en un espléndido monólogo. Sus compañeras están todas muy bien, con especial mención a una atractiva Mamen Duch. Albert Ribalta y Jordi Rico, en la primera colaboración masculina en montajes de T de Teatre, enriquecen la propuesta con el contraste de sus personajes. Una producción llena de magia y que está muy bien dirigida por Sanzol.