EN EL 'DOMINICAL'

Laura Mañá: "El sexo es vida"

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ANA SÁNCHEZ

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Sexo en la tercera edad. Es el argumento de La vida empieza hoy, la nueva película de la directora catalana Laura Mañá. Comedia con canas y clímax que desnuda por primera vez a una Pilar Bardem de 69 años. No es ciencia ficción. Lo dice Google: si se busca "sexo" y "tercera edad", hay más de dos millones de entradas a elegir. "El sexo es vida", justifica Mañá en la revista Dominical, que también hace un repaso a la trayectoria de otras diez directoras españolas.

A continuación ofrecemos un adelanto de la entrevista.

Sexo en la tercera edad. ¿Los pensionistas no están ya suficientemente jodidos?

[Se ríe] Yo creo que lo que les hace falta es relajarse un poquito. Espero que la gente salga del cine con el mismo mensaje que les transmiten en las clases: hay que pasarlo bien.

Lo que se ha quedado en la mesa de montaje daría para una película porno.

Sííí [se ríe]. Rodé escenas muy duras.

¿Se ruborizó?

Sí. Yo siempre. Soy muy pudorosa. De hecho, ésta es mi quinta película y es el primer desnudo. Y se han quedado muchas cosas en la mesa de montaje que yo decía: "¡Pero cómo he podido rodar esto!". No las he montado porque mi intención no ha sido provocar. En el fondo, en todas mis películas se habla siempre del mismo tema: de vivir, de vivir intensamente [se le llena la boca al decirlo]. Hay que aprovechar el tiempo hasta la tercera edad, hasta donde llegues.

Moraleja: ¿hay que saber mirarse al espejo?

Bueno, yo en mis pelis nunca quiero dar ninguna moraleja. Sólo expongo reflexiones. Y lo que a ellos les intentan transmitir en estas clases de sexo es que hay que aprender a aceptarse. El espejo es la aceptación. Y ver cómo tu cuerpo cambia, tus inquietudes cambian, todo cambia con los años.

¿Usted se mira al espejo?

Sí, todos los días. Además soy muy coqueta.

¿Y qué ve?

Pues veo cómo pasa el tiempo. Veo una persona con muchos miedos, muchos, muchos miedos. Cada vez me siento más frágil.

¿Por qué?

Porque te das cuenta de que en cualquier momento esto se acaba. Hasta hace muy poco, cuando una amiga me llamaba para decirme "tengo que contarte algo", decía: "Ya está, se ha quedado preñada". Y ahora "tengo que contarte algo" es "tengo un cáncer".

¿Tiene algo que contar?

Tengo muchas amigas, muchas, muchas situaciones. Bueno, nos está pasando a todos. Y es una cuestión de edad. Llega un momento en el que empiezas a perder a la gente que quieres, en el que puedes hacer frente a... Yo, por ejemplo, ahora no puedo tener hijos. Y me hubiera gustado mucho poder seguir teniendo hijos. Son situaciones que tienes que ir aceptando y que son muy duras. Y que lloro mucho [lo dice riéndose] por la fragilidad. Sí, por la fragilidad de las cosas. Esa fuerza y esa soberbia que te da la juventud yo al menos la he perdido con los años.

¿Y qué queda?

Ahora quedan muchas dudas, muchos miedos, mucha inseguridad.

No da imagen de insegura.

Inseguridad quizá no como no saber qué quieres, sino como no tener la seguridad de que esto es así. Creo que con los años me he vuelto mucho más pequeña. Me voy haciendo como más invisible. Y no quiero saber nada. No quiero salir, no quiero hablar con nadie, no quiero ver a nadie. Creo que es algo que con los años va a ir a más. Un autoencierro, sí.

¿Y eso es compatible con ser directora?

Tú eres directora porque quieres explicar historias. Pero desgraciadamente tienes que venderlo.

Usted se sabe vender. Su primer papel protagonista fue una prostituta.

Bueno, hacía de puta cuando era joven. Ahora le aseguro que para hacer de puta no me llama nadie. Cogen a chicas que tienen 20 años menos.

¿Le preocupa la edad?

Sí, sí, me preocupa muchísimo.

Tiene 42.

Sí, sí, pero esto va a más [se ríe]. Siempre has sido joven y has tenido toda la vida por delante. Es como esto de los hijos. Siempre has tenido toda la vida para tener hijos. Cuando te dicen: "Esto se acabó" y es para siempre... Es como haber llegado a la cumbre y ahora saber que ya estoy bajando peldaños.

¿Desde cuándo baja peldaños?

A partir de toda esta fase en la que me han dicho que ya no puedo tener más niños. Que me he sentido vieja. Sí. [Se pone seria] Es muy duro. Aparte de que he perdido cuatro criaturas, es muy duro poner un punto. La aceptación, la aceptación de las cosas.