NUEVA PROPUESTA DEL FESTIVAL DE MÁLAGA

Rodrigo Rodero, amigo del escritor Casavella, adapta 'El idioma imposible'

La película dibuja una ciudad sórdida donde el director sitúa una historia de amor y drogas

OLGA PEREDA
MÁLAGA

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Francisco Casavella, el gran escritor de la Barcelona contemporánea, murió en diciembre del 2008. Tenía 45 años. Su inesperado fallecimiento fue un duro golpe para Rodrigo Rodero (Madrid, 1974), un cineasta amigo suyo que llevaba años planeando la adaptación deEl idioma imposible(perteneciente a la trilogíaEl día del Watussi). Casavella le había dado «libertad absoluta» para realizar la película. También le había enseñado los rincones más sórdidos de Barcelona, esos que no salen en las películas-postales. Con «mucho miedo» en el cuerpo debido a la muerte del escritor y poco dinero en el bolsillo, Rodero emprendió el rodaje de la cinta, su primer largometraje.El idioma imposiblese presentó ayer en el Festival de cine español de Málaga, un certamen volcado en cintas comerciales donde se agradece que haya propuestas personales como esta.

Elidioma imposibleno da tregua al espectador. Si la novela de Casavella es tragicómica, la película es tragedia pura. El argumento es breve: Estamos en los años 80. Andrés Gertudix da vida a Fernando, un joven que vive en el barrio chino de Barcelona y que se dedica a traficar con anfetaminas. Un día conoce a Elsa (Irene Escolar), una mujer vitalista pero enganchada a la heroína. El resto de la película es una historia de amor llena de diálogos profundos, atmósferas intensas, primeros planos, imágenes de la Barcelona más canalla y sombría y mucha (y estupenda) música. Entre otra, la del actor y músico Toni Zenet, que tiene un pequeño papel, y Helena Miquel, componente de Delafé y las Flores Azules que aparece por primera vez en la gran pantalla. «Vamos a ver si repito», dijo sonriendo durante la presentación de la película.

Circuito de festivales

Rodrigo Rodero ha hecho el filme que ha querido (dentro de las terribles limitaciones económicas). ¿Es el que le hubiera gustado a Casavella? Imposible de saber. Poco le importa al director (al menos, eso confesó) si la película aterriza o no en las salas comerciales. Evidentemente, claro que le gustaría que se estrenara, pero su prioridad es llevarEl idioma imposiblea los festivales, donde está el público más receptivo a las obras personales.

No es la primera vez que la literatura de Casavella se lleva al cine. Tampoco es la primera vez que Rodero afronta la sordidez en pantalla. Su cortoKundas, precisamente, mostraba ya el Madrid de la heroína, algo que no le es ajeno a nivel personal. «Crecí en el barrio madrileño de Aluche, donde las jeringuillas eran habituales», explicó el director, que acudió al Teatro Cervantes de Málaga luciendo chándal y tratando de saltarse la ley que prohíbe fumar.