tú y yo somos tres

Vampiros sueltos: temblor y risas

FERRAN MONEGAL

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Ha encontradoIker Jiménez un sistema, un modo de hacer televisión (Cuarto milenio, Cuatro) que no sabría decirles si es exactamente lo que busca. Imaginamos en casa que pretende entretenernos, pero lo que está consiguiendo es una maravilla difícil de igualar: primero nos asusta mucho y luego nos desternillamos de risa. Ahora lleva unas semanas dedicado a la reconstrucción de esqueletos de criaturas repugnantes y horribles, y los va diseminando por el plató como en un museo de los horrores. ¡Ah! Debe de tener una verdadera industria de artesanos armados con plastilina ySuper Glue-3que le fabrican unos esqueletos siete u ocho veces mayores que la criatura que supuestamente aspira a reproducir, y así consigue impresionarnos mucho. En la madrugada de ayer, por ejemplo, nos hablaba de vampiros. Decía, en tono alarmista:«¡Algo está pasando con los vampiros! Insuflan en las personas siete cepas víricas, sobre todo a los niños, que notan sudores fríos, mucha sed, y algo que nos ha impresionado: ¡terror!»;y añadía:«¡Está ocurriendo! En Perú hay una oleada de rabia y de miedo: ¡los murciélagos-vampiro salen por las noches y chupan sangre!». Y después de pasarnos grabaciones de unos pobres murciélagos pequeñitos, unas criaturas insignificantes y quizá hasta buenísimas, nos condujo hacia el centro del plató y allí, dentro de una urna de metacrilato, tenía un esqueleto de casi dos metros de altura. ¡Ahh! Aquello parecía la reproducción de un dinosauriovelociraptor más que la de un benditoquiróptero mamífero. No voy a negar que con estas martingalas nos impresiona mucho, pero claro, como también invita en sus sesiones a reputados naturalistas, estos se encargan de rebajar el tremendismo y entonces es cuando se deshincha el globo y nos sobreviene el ataque de risa Hace unos días, sin ir más lejos,Ikernos preparó una sesión dedicada a seres extraterrestres. Sembró el plató de cuerpos deformes, una galería realmente revulsiva, y nos decía:«¡Miren, miren los monstruos alienígenas!». Y luego llegó el científico, el naturalista invitado, y puntualizaba:«Eso es un feto con hidrocefália, por eso tiene la cabeza hinchada /../ Eso no es el torso de un extraterrestre, es una vértebra de tiburón /../ Eso no es un monstruo alienígena, eso es el cuerpo de un tití pigmeo, un mono que se encuentra en América del Sur». Y claro, entonces es cuando, despues de haber temblado, nos partimos de risa.