tú y yo somos tres

Sarcasmo sobre regios atuendos

ferran Monegal

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En vista del éxito del modelito torero que lucía la infanta Elena en Estocolmo, Buenafuente y Berto (La Sexta) han hecho un divertido ejercicio sobre el modo indumentario, entendido como plataforma de reivindicaciones diversas. Imitando a Peñafiel, decían entusiasmados: «¡Hay que tenerlos bien puestos para hacer una proclama taurina en Suecia!». Y colocando entre ellos la figura de la Infanta, de cartón, a tamaño natural, le fueron colocando encima una serie de complementos. Por ejemplo, un monito de peluche, gibraltareño, que colgaron de su cuello para reivindicar Gibraltar español. También unas ramitas de perejil en la cabeza, en homenaje a aquella gesta aznarista de la reconquista de las cabras del islote del mismo nombre. Y finalmente le colocaron el Estatut de Catalunya en forma de bolso, del que advertía Buenafuente con buen criterio: «Lo bueno que tiene este bolso es que no pasa de moda. Lo puedes llevar cuatro años, tranquilamente». ¡Ahh! Esta lucidez de la mordida sobre el regio atuendo de la Infanta, además de divertido, es una estimable rareza en las cadenas que cubren todo el telehipódromo español, es decir, la cadenas generalistas y no autonómicas. Solo Buenafuente y Wyoming se atreven a hacer una sanísima catarsis humorística con la monarquía y sus entornos. Compensa esta mirada sarcástica la jabonosa masajística que en otros lugares practican sin rubor. Por ejemplo, días atrás, en este programita que A-3 TV le ha puesto a Glòria Serra llamado 3D, en vista de la crisis que azota a tantas familias españolas confeccionaron una pieza, una exaltación, en la que pretendían demostrar que la Casa Real española también se está apretando el cinturón en solidaridad con la plebe. Sacaron imágenes de la princesa Letizia y nos decían: «Doña Letizia ya nos ha acostumbrado a repetir modelo, sin complejos y sin gastos superfluos. Para que luego no digan que pertenecer a la Corona es tener todos los caprichos», y añadieron, con un entusiasmo muy hermoso: «¡Y el Rey lleva 18 meses sin encargar un traje en su sastrería, que eso sí que es un plan de ahorro!». ¡Ahhh! Heroicos recortes. Pero aquí lo que ruboriza es el tono, el modo, la forma de vendernos el tema desde la tele. Conociendo el talante socarrón y humorístico del Rey, seguro que habrá disfrutado con el ejercicio de Buenafuente. Con el pringoso masaje del programa de la Serra, quizá habrá sentido hasta vergüenza.