TÚ Y YO SOMOS TRES

Manuel Valls y la trampa para ratones

Ferran MONEGAL

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De los expresidentes internacionales que está entrevistando Ricard Ustrell para TV-3 (título del programa: Quatre gats) ya hemos visto lo que ha ocurrido con dos. Primero, con Alex Salmond en Escocia y en Londres, y, luego, con Manuel Valls en París. Ha sido interesante, de entrada, ver el cambio de actitud del entrevistador respecto de uno y de otro personaje. Con Salmond daba la sensación de que Ustrell buscaba cariño. Confraternización. ¡Ah! Es natural: fue el presidente que consiguió hacer en Escocia el referéndum para la independencia. Que luego el referéndum se perdiera es lo de menos.  La conversación tuvo momentos muy buenos. Uno de ellos fue cuando Ustrell, vivamente fascinado, le preguntó: «¿Cómo se hace un referéndum?». ¡Ahh! Salmond miró entonces de reojo un tablero de ajedrez que había en una mesa, junto a ellos, y respondió: «Depende de las piezas que tengas disponibles» y añadió, tras comentar y condenar las cargas del 1-O:  «Catalunya es popular, concita simpatía, ¡tiene al Barça!, pero... ¿se han preguntado ustedes por qué tan poca gente ha salido a defenderles?».

Otro instante delicioso fue cuando Ustrell, seguramente buscando petróleo, le preguntó: «A la Reina de Inglaterra ¿usted se la siente suya?». Y Salmond, sonriendo, advirtió: «Naturalmente. Yo formo parte todavía del Consejo Privado de su Majestad» y después de coincidir con Ustrell en que el rey de España no ha jugado un papel neutral con Catalunya, añadió: «De todas formas, no deberían esperar nada de la familia real, dado que lo que ustedes intentan es deshacerse de ellos. No tiene sentido quejarse de su falta de neutralidad cuando ustedes tampoco son neutrales con ellos». ¡Ahh! Disfrutable retranca escocesa la de Salmond.

La conversación con Manuel Valls en París ha sido diferente. El entrevistador esta vez no fue a extasiarse o a buscar conocimiento. Se transformó en gato. Y fue a cazar al ratón. El mejor momento –como golpe televisivo, se entiende– fue cuando le examinó para ver si servía como alcalde de Barcelona. «¿Cuántos barrios tiene Barcelona?», le preguntó. «¡Muchos, muchos!», contestó Valls sorprendido e incómodo. «¡Tiene 73!», le soltó Ustrell saboreando haberle pillado en flagrante ignorancia barcelonesa. ¡Ah! Qué ingenuidad la de Valls: presentarse a la entrevista sin haber consultado la Viquipèdia.