Un valenciano cambia de sexo y nombre en el registro sin operarse

IGNASI MUÑOZ / VALÈNCIA

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Julio Cuesta por fin es él. Lo sabía desde la niñez, pero ha tenido que esperar a cumplir 50 años para que el Estado reconozca que es un hombre. Ayer obtuvo el cambio de sexo en la partida de nacimiento y un DNI en el que deja de ser Julia a efectos legales y se determina que es un varón. Es el primer transexual que obtiene el cambio de sexo de forma oficial por la vía administrativa, sin tener que pasar por el quirófano. Y lo es gracias a la ley de identidad de género, que entró en vigor el día 16 de marzo.

Su alborozo y el de los que lo acompañaron a la Ciutat de la Justícia de Valencia --entre ellos su madre-- era evidente. "Es el día más feliz de mi vida", explicó Julio emocionado mientras, sentado en una silla de ruedas, enseñaba el documento por el que tanto ha luchado.

PELIGRO DE MUERTE

La última batalla ha sido legal. Tras cinco años de fracasos en los tribunales y con el caso en manos del Supremo, la aprobación de la ley de identidad de género supuso un cambio radical en su situación. La nueva normativa permite que un transexual vea reconocida su identidad sin la operación de cambio de genitales, a la que Julio no puede someterse porque pondría en peligro su vida. Vive desde hace 15 años postrado en una silla de ruedas porque una negligencia médica durante una operación de rodilla lo dejó sin riego sanguíneo en el cerebro, le produjo un coma de un mes y una minusvalía del 79%.

"En esa época ya me había hecho las dos primeras operaciones. Llevaba tres meses con hormonas, pero todo se fue al traste". Diez años más tarde reanudó una lucha que acabó ayer, un día para emocionarse y recordar. Julio se acordó de su niñez, cuando "adoptaba el rol masculino en los juegos y con los juguetes" al tiempo que descubría que le gustaban "las niñas". Su madre, Pilar, contó que se enteró de lo que ocurría "leyendo el diario de Julio". "Lo veía muy triste", reveló. Un día, sin embargo, "cuando llegó del instituto", lo abrazó y le dijo que no se preocupara: lo ayudaría "en todo".

EDUCACIÓN DE LA SOCIEDAD

Años de psicólogos y psiquiatras desembocaron en el proceso de cambio de sexo que al final acabó truncado. Julio dice que el siguiente paso es que, como en Andalucía, "la sanidad pública se haga cargo del tratamiento con equipos multidisciplinares, psicólogos, endocrinos y cirujanos". Las operaciones de genitales superan los 15.000 euros, una auténtica fortuna para muchas personas que, al final, acaban recurriendo a la prostitución para poder pagarse los tratamientos.

Julio aboga por "educar a la sociedad" para acabar con estos estereotipos. "La ley ha sido un gran paso que demuestra la sensibilidad de un gobierno progresista y de una sociedad cada vez más avanzada", explica, antes de matizar que "hay mucho por hacer" hasta que todos entiendan que la transexualidad "no es ni capricho ni aberración". Julio no tuvo que explicárselo a su familia, pues de ellos recibió "todo el cariño y la comprensión". Ayer solo faltaba su padre, fallecido hace tres años. Julio lamentó no haber podido compartir con él su "inmensa alegría".