JUICIO EN LA AUDIENCIA DE BARCELONA

Los mossos que reventaron los testículos a un detenido se justifican ante el tribunal

El sargento y un agente afirman que la granada que lanzaron no había provocado antes heridos

J. G. ALBALAT / Barcelona

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El sargento y el agente de un cuerpo de élite de los Mossos d¿Esquadra acusados de reventar los testículos a un sospechoso al lanzar una granada de aturdimiento se han justificado hoy en el juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona en que desconocían que el artefacto pudiera lesionar a una persona, ya que antes lo habían probado y no había pasado nada, a la vez que han insistido en que siguieron en todo momento los protocolos establecidos y lo aprendido en las prácticas. El jefe del grupo llegó a decir: "Yo he explotado una en mis manos". La Fiscalía de Barcelona reclama una pena de 18 meses de cárcel y una indemnización para la víctima de 50.000 euros. La Conselleria de Interior figura como responsable civil subsidiario- 

Los hechos ocurrieron en noviembre del 2008 cuando el Grupo Especial de Intervención (GEI) de los Mossos se dirigieron a Castelldefels para detener en su domicilio a un cobrador de morosos presuntamente implicado en unas extorsiones. El sargento había previsto que, dada la peligrosidad de los sospechosos, algunos de los agentes llevarían una granada Stunt, que provoca una fuerte detonación y aturde a las personas. La acusación sostiene que su uso preferente es en domicilios y motines penitenciarios. En un primer momento, se quería entrar en la vivienda del sospechoso, pero el día antes de la operación, tras analizar la situación. se decidió practicar la detención en su vehículo.

La víctima acompañaba en el asiento de copiloto de su coche al sospechoso, cuando un grupo de agentes de los GEI se acercó al vehículo y, tras darles el alto y gritarles que levantaran las manos, rompieron los vidrios del automóvil y lanzaron a su interior la granada de aturdimiento Stunt, que, según han declarado los acusados, con un fuerte sonido y un destello de luz se utiliza para causar un bloqueo y evitar respuestas agresivas de los delincuentes.

Tratamiento de por vida

El artefacto cayó sobre la entrepierna de la víctima y detonó antes de que ésta pudiera cogerla con las manos, lo que le provocó heridas en ambos testículos que le han dejado estéril, además de desencadenarle una depresión y obligarle a seguir tratamiento hormonal crónico, según ha explicado el propio lesionado en el juicio. El afectado ha asegurado en el juicio que no identificó a las personas que iban de negro y pasamontañas como policías. "Pensaba que iban a secuestrarme". Uno de los agentes interrogado como testigo, sin embargo,  aclaró que llevan una inscripción que pone policía. "Se me llevaron los testículos, no puedo tener familia y me han operado seis veces, con un tratamiento para toda mi vida", ha explicado.i

La granada de aturdimiento, que desde ese accidente no ha vuelto a utilizarse en el interior de vehículos, estaba pensada para su uso preferente en entradas en domicilios y en motines penitenciarios de acuerdo con una instrucción del Departamento de Interior de la Generalitat, según recalca la Fiscalía en su escrito de conclusiones provisionales.

El protocolo

El sargento imputado Víctor E., que ha asumido la responsabilidad en la decisión de que los agentes del operativo llevaran ese tipo de granadas, ha insistido en que se limitó a "aplicar simplemente el protocolo" de actuación y que los mossos siguieron estrictamente las pautas aprendidas en los entrenamientos. En la misma línea se ha manifestado el otro agente acusado, que ha señalado que tiró la granada por la ventana del vehículo, tras romper el cristal, tal y como los agentes de su unidad "tienen entrenado". Ha aclarado que lo hizo al ver que el coche se movía y que su intención fue tirarla al suelo, aunque no vio adónde se dirigía.

Los mossos imputados han resaltado que las granadas de aturdimiento habían sido empleadas varias veces con anterioridad por el GEI dentro de vehículos sin incidente alguno y que, apenas 15 días antes, lanzaron un artefacto de ese tipo en un coche en que viajaban cuatro presuntos miembros de una banda de peruanos, ninguno de cuyos ocupantes resultó herido. El fabricante de la granada advierte en sus instrucciones sólo de la posibilidad de que puede causar daños auditivos.

El juicio proseguirá mañana con las pruebas periciales, ya que el tribunal ha decidido interrumpir la sesión a las 14.00 horas en cumplimiento del acuerdo que los magistrados de la Audiencia de Barcelona aprobaron el pasado viernes de celebrar vistas sólo por la mañana en protesta por los planes de reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial anunciados por el Gobierno