Gente corriente

Marc Vande: «En la pesca sin muerte, la foto es el trofeo»

Nació en Bruselas pero vive en el Pallars Sobirà. Es guía de pesca. En verano, él y su caña son parte del paisaje.

«En la pesca sin muerte, la foto es el trofeo»_MEDIA_3

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CARME ESCALES

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El río como nexo de unión entre dos hermanos, Norman (Craig Sheffer) y Paul McLean (Brad Pitt), enhebra el argumento de la película que más y mejor ha dado a conocer la técnica de la pesca con mosca. El río de la vida (Robert Redford, 1992), basada en la novela de Norman Maclean A river runs through it, se convirtió en emblema de pescadores como Marc Vande -que también empezó a pescar de pequeño con su hermano-. El río y su vida transcurren juntos.

-¿A qué edad empezó a pescar?

-A los 4 años. Mis padres siempre fueron unos grandes viajeros. Las vacaciones por Europa eran su vida. Solíamos venir al Delta de l'Ebre, a Amposta. Mi padre buscaba en cada lugar un río para situar la caravana, para poder pescar y para enseñarnos a hacerlo también a mi hermano y a mí, que éramos muy movidos los dos, y así nos relajábamos.

-¿Por qué relaja pescar?

-Primero porque exige concentración. Como cuando aprendes a conducir, debes enseñarle a cada miembro una función determinada. La pesca con caña es una coordinación de movimientos, movimientos que no has hecho nunca. Pero, por encima de todo, es el entorno en el que estás lo que más relaja. Son parajes increíbles. Cuando pescas, estás en una burbuja de paz y, en ese mundo, la concentración es natural.

-¿Usted vive de la pesca?

-Yo y otros tres o cuatro en toda Europa. Bueno, de la pesca solo no puedes vivir porque la temporada es muy corta -de abril a finales de septiembre-. Yo tengo trabajo como guía de pesca de 100 a 110 días al año. Y, durante el resto del año, vendo todo tipo de material de pesca y, además, fabrico moscas -el señuelo artificial que se coloca en la punta del hilo de pescar para atraer a los peces-.

-¿Por qué se les llama moscas?

-Es la traducción del inglés, fly. En Estados Unidos hay 12 millones de pescadores con mosca. En Catalunya, unos 5.000. La mosca se confecciona imitando al máximo a los insectos reales que hay en cada río.

-He visto en su web (www.marcfly.com) una variada selección. Fabricarlas es una manualidad artística.

-Hay incluso granjas de aves que se crían exclusivamente para hacer con sus plumas parte de estas moscas para pescar. Yo trabajo para todas las tiendas de pesca de Catalunya y también vendo por internet a todo el mundo, y a través de ferias.

-Y sus clientes como guía en el río, ¿de dónde son?

-Tengo de todas partes, pero sobre todo de Francia, de Bélgica y muchos de Barcelona. Normalmente, tienen profesiones liberales y pasan uno o dos días pescando. Es la excusa para desconectar. Entre mis clientes habituales hay potentes empresarios que pasan del traje y el despacho al río con su cesta. Algunos lo hacen solo un día al año. Y también trabajo con agencias que organizan viajes que combinan Barcelona, la playa y las visitas culturales con una escapada al Pirineo para pescar. Preparo unpicniccon productos autóctonos y nos vamos de excursión hasta los tramos de río que considero óptimos para cada nivel de pescador.

-¿Y después de pescar se comen las truchas?

-Conmigo no. En las zonas de pesca donde me suelo mover más, entre el Alt Àneu, Vall Cardós, Vall Ferrera, Llavorsí, La Guingueta y Espot y Esterri d'Àneu, unos 400 kilómetros de río, hace años que introdujimos la pesca sin muerte. Pescamos y devolvemos la trucha al río. La fotografía es el trofeo. Hay quien sí que se las lleva, pero conmigo no se las comen. Otros llevan un contador y anotan las capturas, pero las devuelven al río. Así siempre habrá truchas para volver a pescar. Para mí lo más importante es la ilusión en el rostro y la felicidad cuando sacan la trucha, tengan 10 años o 77.

-Marc Vande vive en Boldís Sobirà, el pueblo -habitado durante todo el año- más alto de Catalunya (1.480 metros de altitud). Vivió de pleno el diluvio del pasado junio. ¿Cómo afecta tanta lluvia a las truchas?

-Cuando hay tanta agua en el río, por la lluvia y por el deshielo, que este año es excepcional, las truchas se esconden, no comen. Y tenemos que subir a los lagos de alta montaña, otro paraíso para pescar.