Gente corriente

Jaume Mas Marfany: "Porcioles quería uvis como había en Europa"

Anestesiólogo. Puso en marcha la primera uvi de Barcelona. Se inauguró el 13 de enero de 1970, en el Hospital del Mar

«Porcioles quería uvis como había en Europa»_MEDIA_1

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CARME ESCALES

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Nacer en plena guerra civil conllevó para muchas personas episodios dignos de documental. El nacimiento de Jaume Mas Marfany fue, además, espectacular. En el comedor de su casa, en el número 160 de la calle de Diputació, en Barcelona, los cubos de agua iban y venían. Con agua caliente, atendían el parto de su madre, sobre la mesa, y con agua fría, apagaban el fuego que abrasaba las persianas. Era el 26 de julio de 1936, la iglesia de Sant Josep Oriol, justo delante de la vivienda familiar, ardía en llamas.

-Un parto complicado...

-Sí. Además del fuego, yo pesé cinco kilos.

-¿Le precedieron médicos en la familia?

-Mi padre era médico. Hacía transfusiones, cuando aún donador de sangre y receptor tenían que estar al lado. Con una jeringa de doble guía, por una se absorbía la sangre del donante y por la otra se le inyectaba al paciente. Había que elegir muy bien al donante, con buenas venas y que no se desmayase. Mi padre ya tenía una lista de candidatos.

-¿Como llegó su vocación de anestesista?

-Fue acompañando a mi padre a las clínicas y hospitales, desde los 17 años, que le fui cogiendo afición a la anestesia y a la reanimación y cuidado del enfermo después de haber sido operado. Soy anestesiólogo [precisa]. Anestesista lo puede ser todo el mundo en un momento dado. Anestesiólogo es el nombre correcto de la formación en mi especialidad.

-¿Qué comprende la anestesiología?

-Además de administrar la anestesia, controla la respiración, circulación, temperatura y estado neurológico del paciente.

-Usted estuvo al frente de la puesta en marcha de la primera unidad de vigilancia intensiva en la ciudad de Barcelona, que entró en funcionamiento el 13 de enero de 1970 en el Hospital del Mar. ¿Qué cambió la introducción de las uvis?

—Sobre todo que la respiración asistida contribuyó a estabilizar mucho más a los enfermos acabados de operar. Se introdujo así también la monitorización de las constantes vitales del paciente. Antes, en el posoperatorio, se morían muchos pacientes.

-¿Cómo era aquella primera unidad?

-Eran dos unidades de seis y cuatro camas respectivamente, todas ellas visibles desde el puesto de vigilancia. Estaban en boxes cerrados pero de vidrio para poderlos ver. Había monitorización electrocardiográfica, respiratoria, y control de constantes y temperatura. Y otra novedad que introducimos fueron los gráficos de control, fueron las primeras en la ciudad. El diseño gráfico fue una innovación del Hospital del Mar. Recogíamos gráficamente las constantes, el tratamiento médico, las analíticas y los tratamientos físicos del paciente.

—¿Cuánta gente se ocupaba de la uvi?

—Había 12 médicos y 48 enfermeras. Tres médicos eran fijos de la unidad y el resto eran de diferentes servicios del hospital. Yo llevaba la coordinación y dirección.

-¿Qué hizo que la primera uvi se abriera en el Hospital del Mar y no en otro lugar?

—El alcalde Porcioles volvió de visitar hospitales en Europa con la idea de que los hospitales municipales de aquí, -el de la Esperança, el Pere Camps y el de infecciosos del Mar- debían tener uvis, y pidieron a los mismos hospitales que presentaran propuestas que justificaran ser elegidos para montar en ellos la primera unidad.

-¿Qué méritos adjuntaron en el del Mar?

-Yo había trabajado cinco años junto al doctor Dionisio Montón Raspall -pariente del doctor Trueta-, que se había formado como anestesiólogo en Oxford y había traído aportaciones muy avanzadas y novedosas. Desde el 65, cuando llegué al Hospital del Mar, hice diversos trabajos sobre el cuidado posoperatorio y en el 68 recibí el premio Joan Raventós, de la Societat Catalana de l'Anestèsia. Todo eso sumó puntos.