El georradar revela la existencia de una gran ciudad ibera en el Penedès

El yacimiento del municipio de Banyeres compite en tamaño con el antiguo poblado de Ullastret

Carles Cols

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Los iberos son como los jesuitas. Siempre vuelven. Esta vez el hallazgo es mayúsculo. O se intuye que es mayúsculo. Con un georradar, tres investigadores de la Universitat de Barcelona, Joan Sanmartí, Jaume Noguera y Carme Belarte, han documentado el urbanismo a vista de pájaro de un poblado ibero de dimensiones considerables, tal vez a la altura de Ullastret, la marca a batir para este tipo de descubrimientos. O sea, enorme en su época. El yacimiento está actualmente dentro del municipio del Banyeres del Penedès, pero en su tiempo fue, vistas sus proporciones, de unas dos hectáreas y media aproximadamente, uno de los mayores asentamientos urbanos de los cesetanos, uno de tantos pueblos iberos citados con desdén por Plinio y Tito Livio, que dominaban la mitad norte de la actual provincia de Tarragona.

La existencia de restos iberos en aquel lugar era conocida desde 1980 gracias a una minúscula excavación arqueológica llevada a cabo entonces, pero con los datos recabados hace cuatro décadas no era posible dilucidar si se trataba de un asentamiento urbano o de una simple fortificación militar de control del territorio. El georradar, que no engaña, con su capacidad de fotografiar el subsuelo, ha revelado como mínimo la existencia de unas 200 estructuras, casas de una única habitación, como fijaba el canon inmobiliario de entonces, con sus calles y plazas, una ciudad, pues, de notables dimensiones.

Segunda guerra púnica

Lo mejor, no obstante, viene ahora, el trabajo sobre el terreno, la posibilidad de que la paciencia pueda dar con piezas que permitan relatar la historia de aquel asentamiento. En Ullastret tuvieron suerte y dieron con esas célebres cabezas cortadas que los iberos ensartaban con un clavo de tamaño gigante. En Castellet de Banyoles (Tivissa) salió a la luz nada menos que un tesoro, que se dice pronto. Banyeres de Penedès es todavía un libro por comenzar en este sentido. Lo poco que se sabe de él es gracias a los fragmentos descubiertos en las zonas más superficiales. Las cerámicas son a veces una herramienta estupenda para fechar el pasado. En este caso, se trataría de un poblado fundado alrededor del siglo VI antes de Cristo. Su final sería, como el de tantos otros poblados iberos, en algún momento del siglo II también antes de nuestra era, cuando Roma y Cartago libraron al norte del río Ebro buena parte de sus disputas por el dominio del mundo. En aquel contexto bélico, los poblados iberos tuvieron que elegir bando, una decisión no siempre fácil. Terminó así, abruptamente, con una gran batalla de por medio, la historia de no pocos poblados. Y los que sobrevivieron a aquella segunda guerra mundial de la antigüedad terminaron por despoblarse y diluirse durante la romanización de la península ibérica.

El proyecto de búsqueda de este antiguo asentamiento ha sido financiado por el Ministerio de Industria, dentro de un programa de investigación de lo que fue el pasado de la iberia septentrional. Los fondos de ese programa permitirán ahora trabajar sobre el terreno, primero sobre aquellas zonas que el georradar ha dejado más indefinidas. Por su parte, el Ayuntamiento de Banyeres de Penedès tiene previsto iniciar los trámites para adquirir la finca agrícola en la que se encuentra el poblado ibero, porque, según el alcalde, Amadeu Benach, este ha  sido un gran hallazgo no solo para el municipio, sino para toda Catalunya.

 .