La Generalitat eliminó en el 2012 el plan para los 'niños de la cola' que reclaman los expertos

Niños en riesgo de exclusión social en un solar situado cerca del mercado de Santa Caterina.

Niños en riesgo de exclusión social en un solar situado cerca del mercado de Santa Caterina. / periodico

RAFAEL MORALES / BARCELONA

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El Gobierno catalán eliminó con los recortes en el 2012 el plan para los 'niños de la cola' que ahora reclaman los expertos para afrontar situaciones de emergencia como la de los niños que viven en la calle, adictos al pegamento inhalado, en el centro de Barcelona, junto al mercado de Santa Caterina. Muchos de ellos están, sobre el papel, bajo la tutela de la propia Generalitat, cuya eficiencia en el ejercicio de dicha tutela queda comprometida por los hechos. La situación de desamparo de estos menores de edad, en su mayoría marroquís, se ve agravada por su dependencia de una droga barata y de fácil acceso como la cola.

Los especialistas consultados desde que EL PERIÓDICO destapó esta situación el pasado lunes coinciden en la necesidad de abordar también el problema en el lugar de origen (Marruecos) y ser "más imaginativos" ante la dificultad añadida que presenta la reinserción social de estos niños

Medidas de ese tipo formaban parte del programa Catalunya Magrib, puesto en marcha en el 2006 por la Generalitat del socialista Pasqual Maragall y fue cancelado en el 2012, a raíz de los recortes económicos que aplicó el Govern del nacionalista Artur Mas. Dicho programa tenía el triple objetivo de formar en Marruecos a los menores en riesgo de emigrar solos a Europa para que pudieran tener un futuro profesional en su país y optaran por quedarse; ayudar a los ya emigrados que desearan volver, y tratar al entorno familiar original de menores tutelados en Catalunya.

Oriol Amorós, secretario de Migracions de la Generalitat ha asegurado a este diario, después de conocerse la existencia de estos niños desamparados en la ciudad, que "se está evaluando" la posibilidad de recuperar el programa cancelado, pero admite que "será difícil volver a arrancar". Amorós, de ERC, conoce bien aquel programa, pues fue secretario de Immigració del Govern tripartito durante la mayor parte del tiempo en que aquel dispositivo estuvo en vigor. Ahora, de vuelta al cargo tras el regreso de su partido al Ejecutivo, esta vez del brazo de Convergència, considera: "Fue una lástima que se cerrara el programa cuando entraba en la estabilidad y eficiencia".

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INFORMACIÓN Y PROPUESTAS

Un plan como el Catalunya Magrib es lo que se reclama estos días desde distintas instancias relacionadas con la defensa de los derechos de los menores. Xavier Puigdollers, presidente de la sección de infancia y la adolescencia del Col.legi d’Advocats de Barcelona, propone establecer convenios con Marruecos y destinar más medios para solucionar el problema. El PSC también ha propuesto que el Parlament apruebe una resolución para, entre otros aspectos, iniciar contactos con Marruecos para afrontar la solución de forma compartida.  

"Funcionó tan bien que en el 2010 la Unión Europea lo hizo suyo y recomendó trabajar con las mismas directrices", destaca Andreu Camps, que se encargó del trabajo previo y de la dirección del programa desde que se puso en marcha hasta que fue cancelado. "Lo que piden ahora los especialistas ya lo teníamos", insiste Camps, actual director la Federación de Asociaciones de Padres de Alumnos de Catalunya (Fapac).

SUBVENCIÓN DE LA UE

El proyecto empezó a rodar con 11 inscritos en el instituto de formación profesional abierto en Tánger, tras firmar un convenio con Marruecos. Fue una acción de la Conselleria de Benestar Social a través de las onenegés barcelonesas La Torna, GEDI y el Casal dels Infants del Raval. La Unión Europea (UE) aportó algo más de un millón de euros en tres años, y la Generalitat completó los presupuestos anuales con medio millón de euros en el 2006 y 900.000 en el 2007. Las anualidades posteriores fueron de menor cuantía.

A finales del 2011, en puertas de la cancelación, por el liceo de Tánger habían pasado 391 alumnos y el 87% de ellos completaron una formación que duraba 15 meses. Aprendieron hostelería, carpintería de aluminio, labores del sector textil y otros oficios. “La mayoría de ellos fueron contratados por las casi 300 empresas con las que se había contactado para participar en el proyecto. El programa también propició el retorno voluntario de 34 menores y el equipo de diagnóstico contactó con 779 familias.

"El proyecto finalizó, sobre todo, porque la Generalitat dejó de hacer aportaciones económicas", recuerda Camps. "También influyó que Marruecos intentó presionar a Europa exigiendo contrapartidas cuando la UE decidió que el programa debía servir de modelo para otras actuaciones". Pese a sucumbir a los recortes, el plan, agrega Camps, le salía a cuenta a las arcas públicas: "En el 2008, se logró el retorno voluntario de 28 niños tutelados por la Generalitat, con lo que Catalunya se ahorró más de un millón de euros".