Fausto Serra: «Tuve el dietario de Darwin en mis manos,con guantes»

Estudió Farmacia e Ingeniería Industrial. Trabajó en la farmacia que su familia le ayudó a comprar, en Esplugues de Llobregat, a la que sigue acudiendo, hoy ya no para atender pero sí a ponerse al día de todo, a diario. También montó diversas empresas. Fausto Serra (Barcelona, 1927) es el padre de las papillas Blevit. Sus otras dos firmas, Unisol y Procat, producían vacunas para animales y proteínas para pienso, respectivamente. Desde el año 2002, Serra preside la asociación Amics dels Museus de Catalunya.

-Arte y empresas ¿Qué puntos en común comparten en su interior ambas pasiones?

-Bueno, emprender un negocio es un arte también, un arte menor, pero también es arte, práctico. Te planteas resolver un problema, y muchas veces todo empieza en un papel en blanco y un dibujo. El arte es la gran creación, capaz de despertar sensaciones similares a las que sientes cuando una fábrica funciona. En ambos casos, cuando todo va bien es cuando más energía y apoyo necesita el artista o el empresario para seguir creciendo, para seguir creando, algo que echa mucho en falta el empresario de hoy.

-¿Recuerda cuál fue el primer museo que visitó cuando era niño?

—El primer museo (...). El primer museo que recuerdo es nuestra casa en Cervera. Yo nací en la calle Ample de Barcelona, detrás del convento de Sant Agustí, pero cuando en el verano del 36 empezaron a quemar iglesias nos trasladamos a Cervera, donde la familia tenía una finca grandiosa. La casa tenía siete salones seguidos y el mobiliario, la capilla... todo era arte allí dentro. Allí pasé el año más salvaje de mi vida, sin escuela, ayudando a labrar el campo, libertad total.

-¿Cómo llegó a los Amics dels Museus?

-Mi contacto con ellos empezó a través de mi esposa, que siempre ha sido una entusiasta voluntaria del arte, como todos los miembros de los Amics dels Museus -son un millar en la actualidad en Catalunya-. Durante 15 años, ella estuvo todas las semanas en la recepción de las visitas del Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC), cuando aquella entrada era poco más que una cueva inhóspita y fría. Y un día, desde Amics me pidieron que les ayudara a la gestión de la asociación con mis conocimientos empresariales.

-¿Qué hace Amics dels Museus?

—La Junta de Museus de Barcelona y el Círcol Artístic la crearon en 1933 para agrupar a personas entusiastas y sensibles al arte y la cultura. Estas personas asesoraban y promovían la apertura de museos, que entonces empezaban a nacer -el MNAC se abrió en 1934-. Al mismo tiempo, se estimulaba a particulares a poner en valor sus obras de arte y se mediaban adquisiciones que hoy podemos admirar. Durante los 80 años -aniversario que la asociación ha celebrado este año- se han hecho casi 200 donaciones de obras a museos catalanes.

-¿Y hoy qué hacen?

-Seguimos organizando -para socios y no socios- visitas a sitios tan emblemáticos como el edificio de la Real Academia de Ciencias y Artes de Barcelona -donde hoy está ubicado el teatro Poliorama-. También montamos viajes a todo el mundo guiados por el arte y la cultura. Somos, en realidad amics del patrimoni. Amics dels Museus impulsó, además, la creación de la World Federation of Friends of Museums, la Federación Española de Amigos de los Museos y la Federació Catalana d'Amics dels Museus.

-En una torre de 1.000 metros cuadrados, en Vallvidrera, entre obras de arte y vistas a Montserrat, Fausto Serra de Dalmases guarda más de 200 álbumes de fotos de su vida. ¿Hay algo de lo que ha vivido de la mano del arte que pocos puedan contar?

-Un privilegio para mí es que tuve en mis manos el dietario de Darwin. Fue en el Dar-win Center del Museo de Historia Natural de Londres, y con guantes, claro.