reacción del papa a los abusos de un arzobispo

El exnuncio pederasta puede ser condenado a siete años

Jozef Wesolowski.

Jozef Wesolowski.

ROSSEND DOMÈNECH / ROMA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El polaco Jozef Wesolowski, exnuncio de la Santa Sede en la República Dominicana y con cargos diplomáticos ocupados en otros diez países, puede ser condenado a un máximo de siete años de prisión por abusos sexuales a menores, de acuerdo con las leyes penales vaticanas.

Su arresto, ordenado por el fiscal del Vaticano Gian Piero Milano y realizado por la policía del Papa, tuvo lugar el martes pasado, después de que el arzobispo fuera convocado por la fiscalía dentro del territorio del Vaticano. Nunca antes había ocurrido algo parecido.

La detención fue efectuada «por voluntad expresa del Papa», explicó el portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, quien ayer indicó que el proceso penal podría empezar a finales de este año o principios del próximo. El pasado junio, al finalizar el proceso eclesiástico, el arzobispo fue reducido al estado laical.

Wesolowski, de 66 años, se encuentra arrestado en unas dependencias del tribunal vaticano a causa de su estado de salud, que no ha sido detallado pero que ha sido suficiente para que el fiscal no ordenase su ingreso en la prisión pontificia. Según Lombardi, la detención del execlesiástico se decidió por el riesgo de que pudiera fugarse y contaminar las pruebas contra él. La agencia SIR, de los obispos italianos, añade que «la justicia de la Santa Sede intervendrá sin rebajas para nadie y luego habrá probablemente la intervención de la justicia de otros estados», lo que indica que el exarzobispo podría ser extraditado.

EXTRADICIÓN DENEGADA / El pasado año Polonia ya solicitó la extradición de Wesolowski, que fue negada por no existir un tratado bilateral entre los dos países y porque, según el Vaticano, el exnuncio era entonces todavía un diplomático de la Santa Sede, equivalente a ser ciudadano del minúsculo país.

También podría reclamar su extradición la República Dominicana, donde todo empezó, cuando se hizo público el caso gracias a un programa de televisión y después de que un obispo auxiliar informase y confirmase al Vaticano las andanzas del nuncio en los suburbios y playas del país en busca de menores, a los que pagaba por mantener relaciones sexuales.

Paradójicamente, el ya exarzobispo se encuentra ahora a pocos metros de la residencia de Santa Marta, donde vive el papa Francisco, que en su día dijo que «no existen privilegios para quien se mancha de delitos tan feos». En aquella ocasión el Papa comparó los abusos sexuales a menores con «una misa negra».

Dos comités de la ONU sobre derechos humanos se han ocupado en los últimos tiempos de los abusos a menores por religiosos católicos y uno de ellos trató específicamente el caso del entonces nuncio polaco. «Será juzgado con la severidad que merece», respondió monseñor Silvano Tomasi, representante del Vaticano ante el comité.

El capítulo del arresto de Wesolowski comenzó sorprendentemente con un tuit del obispo auxiliar de Santo Domingo, Víctor Masalles, quien en Roma se topó con el pederasta, que caminaba libremente por la calle. Tuiteó la información y añadió que «el silencio de la Iglesia ha herido al pueblo de Dios». Al cabo de pocos días el tribunal eclesiástico le redujo a laico, le quitó la inmunidad diplomática y suprimió todas sus funciones.