España se aleja de la UE en inversión en I+D

EN EL LABORATORIO. Un grupo de investigadores en una de las salas de las instalaciones del centro de investigación Leitat en Terrassa.

EN EL LABORATORIO. Un grupo de investigadores en una de las salas de las instalaciones del centro de investigación Leitat en Terrassa.

ANTONI FUENTES

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Corren malos tiempos también para innovar. La inversión en investigación, desarrollo e innovación (I+D+I) ha caído como una hoja más en el árbol que había que podar para recortar los gastos, tanto en la Administración pública como en las empresas privadas. España es ahora un país más pobre en innovación al haber sufrido un descenso de la inversión durante la recesión del 3,5% que lo ha alejado todavía más de los estados punteros. Entre el 2008 y el 2011, se volatilizaron 517 millones que antes se dedicaban a innovar, con lo que la inversión global quedó en el 1,33% del producto interior bruto (PIB), seis décimas menos que el máximo del 2009 y a mucha distancia de la media de la Unión Europea (1,94%) y de Alemania (2,84%).

Los estragos de la austeridad presupuestaria y de la crisis financiera y de consumo parece que han despertado la rancia tradición que desdeñaba el desembolso en algo arriesgado como el I+D. «Inventen, pues, ellos y nosotros nos aprovecharemos de sus invenciones. Pues confío y espero en que estarás convencido, como yo lo estoy, de que la luz eléctrica alumbra aquí tan bien como allí donde se inventó». Ya lo escribía Miguel de Unamuno a principios del siglo pasado en su célebre enfrentamiento con José Ortega y Gasset en relación con la europeización de España.

El retroceso ha obligado al Gobierno central y a las comunidades autónomas rezagadas a reaccionar con planes para intentar recuperar terreno perdido. La estrategia española de ciencia, tecnología e innovación elaborada por el Ministerio de Economía y Competitividad opta por el realismo: «La meta fijada para el conjunto de la Unión Europea de lograr un 3% de gasto en I+D+i sobre el PIB en el año 2020 implica movilizar una importante inversión privada y que debe matizarse en función de las características de cada uno de los estados miembros. Por ello, en España y haciendo un ejercicio realista, el objetivo que se plantea es lograr alcanzar en el año 2020 un nivel de inversión en I+D+I del 2%».

El recorte de la inversión innovadora debido a la crisis ha truncado una tendencia a la convergencia con Europa iniciada en 1994, según destaca la Fundación Cotec en su último informe sobre I+D, y añade que «todo apunta a que la situación sigue empeorando en España, mientras que los países de nuestro entorno avanzan en su recuperación».

Mientras el gasto español caía, los cinco países más avanzados lo incrementaban con una horquilla entre el 2,7% y el 3,4%. El resultado de esas tendencias opuestas es que España ha bajado a la categoría de países con una innovación moderada, equivalente a la tercera división, en el puesto número 16 de la Unión Europea, por detrás de Estados como Italia, Estonia, Chipre, Eslovenia, Francia e Irlanda. En la liga de campeones se encuentran Suecia, Alemania, Dinamarca y Finlandia.

Por primera vez desde el inicio de la crisis, el descenso del gasto en investigación es generalizado. Las empresas privadas invirtieron un 1,5% menos, la Administración, un 5,7% menos, y la enseñanza superior, un 2,9%. «Contrariamente a lo que sucedía en años anteriores -destaca Cotec-, las empresas reducen tanto sus gastos corrientes como los de capital. Es la confirmación de que la crisis afecta ya seriamente a la actividad investigadora de las empresas, que ya se ven obligadas a reducir sus equipos de investigación, renunciando así a un capital humano que ha costado mucho acumular y cuya importancia es clave para su futura competitividad».

HACHAZO DEL 33% / El Gobierno central ha sacado pecho con el aumento del presupuesto destinado a I+D+I del 1,3% en el 2014, hasta llegar a 5.633 millones, 70 más que en el presupuesto del 2013. Pero en los dos años previos, esta partida sufrió un hachazo del 33%, según Cotec.

En el mapa del esfuerzo inversor en innovación en España predominan el amarillo, correspondiente a las zonas a la cola de Europa, y el naranja, que identifica a las regiones en penúltima posición al tener una innovación moderada. Sin embargo, hay algunas excepciones que actúan como oasis encabezadas por el País Vasco, Madrid, Navarra y, en menor medida, Catalunya.

El Gobierno catalán se ha propuesto entrar en el club de los alumnos más aventajados de la clase mediante un ambicioso plan que tiene como objetivo multiplicar las inversiones públicas y privadas en innovación hasta el 2020. La Estrategia para la especialización inteligente de Catalunya pretende aumentar las aportaciones de la Generalitat a los centros tecnológicos de 40 millones en el 2013 a 350 millones en el 2020 e incrementar la facturación de los mismos de 59 millones a 500.

BONOS DE INNOVACIÓN / El conseller de Empresa i Ocupacio, Felip Puig, y su equipo industrial hacen hincapié en que pretenden conseguir ese reto en un periodo de seis años, partiendo de un momento de recortes en el que la partida dedicada a estimular la I+D aspira en el próximo año a quedarse igual que en el 2013.

La nueva hoja de ruta prevé mantener líneas actuales, como préstamos del ICF para circulante, ayudas a proyectos «rompedores» con la actividad tradicional de una empresa y a planes con la colaboración de varias compañías o centros, y crear otras nuevas como los bonos de innovación, una subvención en especie para que los empresarios puedan contratar proyectos de I+D. «El objetivo para el 2020 es jugar en primera división de la innovación europea», subrayó Pere Torres, secretario de Competitivitat de la Generalitat.

El escenario económico actual no satisface a los agentes implicados en el sistema catalán de innovación. Aunque Puig destacó que será el primer año desde el inicio de la crisis en el que no bajan los fondos públicos destinados a generar investigaciones e innovaciones en las empresas y los centros especializados, el sector recuerda que han sufrido drásticos tijeretazos en los últimos años que han dejado el sistema en un momento delicado.

Eusebi Cima, presidente del centro de investigación Leitat, el más importante de la red pública Tecnio, recordaba que el Gobierno tiene que priorizar sus recursos. «Los fondos destinados a I+D son necesarios porque es el único camino que nos sacará de la crisis de verdad. Es una inyección directa que genera valor y puestos de trabajo en las empresas», aseguró Cima.