Violencia en el suburbano

Detenido un menor por la paliza racista del metro

El agresor se encara con la víctima y uno de sus cómplices, en primer plano, sonríe. A la derecha, el ahora detenido inicia la agresión.

El agresor se encara con la víctima y uno de sus cómplices, en primer plano, sonríe. A la derecha, el ahora detenido inicia la agresión.

MAYKA NAVARRO / MADRID
J. G. ALBALAT / C. JANÉ / BARCELONA

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Hasta el pasado domingo, el menor ruso Vladislav T. no era conocido entre los investigadores de los Mossos d'Esquadra de las unidades de información que vigilan de cerca a los violentos de la extrema derecha. A primera hora de la tarde de ayer, policías de paisano detuvieron en la ciudad de Barcelona a Vladislav, acusado de haber agredido el sábado por la noche en el metro a un joven originario de Mongolia de 25 años, vecino de Santa Coloma de Gramenet. Otros dos jovenes que iban junto al agresor -el que grabó las imágenes con su móvil y las difundió en Youtube, y un tercero que participó en la agresión racista- han sido imputados como colaboradores en un delito de odio y discriminación. Al menor ruso se le imputa también una falta de lesiones.

Los colectivos antifascistas sí le tenían «fichado» por «acciones similares» a la agresión del metro, según han asegurado a este diario. De hecho fueron los primeros en identificar al agresor en cuanto los 54 segundos de vídeo que muestran la paliza fueron subidos a la cuenta de Youtube de otro nazi conocido en Barcelona y que actúa en las redes sociales con el sobrenombre de Papa Cura. A la media hora de estar el vídeo circulando, Vladislav, alias el rubio o el ruso, había sido identificado como el joven «muy violento», cliente asiduo de un popular gimnasio de la calle de Sant Antoni Maria Claret, con varios perfiles en redes sociales rusas repletas de simbología fascista.

NUEVO LÍDER DEL 'PILLA PILLA' / Aunque los investigadores insisten en que Vladislav no era conocido en círculos policiales, lo cierto es que en esos mismos colectivos antifascistas se sabe que el joven ruso estaba llamado a liderar la nueva versión española del Proyecto Pilla Pilla, después de que el grupo fuera desmantelado la pasada Navidad en Barcelona. Este se dedicaba a engañar a miembros jóvenes del colectivo gay, con los que se citaban para filmarlos mientras eran humillados y vejados, y después difundir las crueles imágenes.

Durante la tarde de ayer, Vladislav y uno de sus acompañantes declararon en la Fiscalía de Menores, que es quien se ha hecho cargo de la dirección de la investigación. El tercer imputado es mayor de edad. Los Mossos, por su parte, tratan de identificar al resto de ocupantes del vagón que el sábado por la noche presenciaron y mediaron en la agresión. Además, Transports Metropolitans de Barcelona está visionando las imágenes de sus cámaras de la estación de Fabra i Puig y de ese convoy para comprobar si pueden ser de utilidad para la investigación.

En cualquier caso, las imágenes grabadas por uno de los acusados son suficientemente ilustrativas de lo que ocurrió el sábado por la noche. El joven originario de Mongolia se subió al metro en la estación de Urquinaona. Iba a su casa, en Santa Coloma de Gramenet. Los tres sospechosos subieron en Universitat.

ATENDIDO EN URGENCIAS / No se conocían de nada. Nunca les había visto, pero el joven ruso se acercó a la víctima, que estaba tranquilamente sentada en el vagón. A poca distancia empezó a insultarle y después llegaron los manotazos y los puñetazos. Cuando el vecino de Santa Coloma se levantó para defenderse, muchos pasajeros mediaron para que finalizara la agresión. Y empujaron al joven de origen asiático hasta el andén, donde cayó sentado.

Lo que el vídeo no muestra es que el joven se incorporó y, al comprobar que sus agresores habían descendido del metro por el andén central, de Fabra i Puig, regresó al mismo vagón y se dirigió hasta su parada en Santa Coloma. Allí, muy asustado y siguiendo el consejo de varios transeúntes que le tranquilizaron el resto del trayecto, explicó a dos agentes de seguridad privada del metro que había sido agredido. Estos alertaron a los servicios de emergencias que, tras atenderle, le indicaron que se trasladara al hospital del Espíritu Santo, donde fue atendido de lesiones en la cara y en el cuello.

Cuando los Mossos tuvieron conocimiento de la agresión, se pusieron en contacto con TMB, que les condujo hasta el hospital del Espíritu Santo. Allí consiguieron el parte de lesiones y fueron a buscar a la víctima. Después de tranquilizarla, le ofrecieron la posibilidad de denunciar la agresión. Y eso hizo.