Un consorcio español construirá el AVE entre Medina y La Meca

Hay una frase ya célebre del secretario de Transportes de EEUU, Ray Lahood, quien, mientras visitaba meses atrás la red de alta velocidad española para decidir si importaba la idea a su país, espetó al ministro de Fomento, José Blanco: «Ustedes deben de ser muy ricos, nosotros no podemos permitirnos esta inversión». Pero hay quien sí puede, como Arabia Saudí. El Gobierno de esa monarquía absolutista anunció ayer oficialmente que el ganador del contrato para construir y explotar la futura línea del AVE entre Medina y La Meca es un consorcio formado principalmente por empresas españolas. El presupuesto de la operación asciende nada menos que a 6.736 millones de euros.

La inyección de autoestima del Gobierno y las empresas españolas, además de la económica, es importante. Sobre todo porque es un momento en el que proliferan las noticias en las que se cuestiona la extensa red española de AVE, que a pesar de ser la segunda más larga del mundo se ve superada en volumen de pasajeros por muchos países, como Japón, Francia y Alemania. Lo que sí está claro es que las firmas ferroviarias, las constructoras y las ingenierías, son una referencia. Además de Renfe, Adif e Ineco (vinculadas a Fomento), en el consorcio está Indra, OHL, Consultrans, Copasa, Imathia, Cobra, Dimetronic, Inabensa y Talgo, y las saudís Al Shoula y Al Rosan.

SARKOZY Y EL REY / Esa satisfacción se plasmará hoy en un acto presidido por el ministro de Fomento. Ha convocado a los ganadores, que construirán una línea de alta velocidad de 450 kilómetros y la explotarán durante 12 años, para hacer una felicitación pública. A José Blanco le informó oficialmente el Gobierno del país árabe el viernes pasado pero le pidió que no lo hiciera público de momento. El titular ministerial sí se lo dijo a José Luis Rodríguez Zapatero y al Rey, que en los últimos meses había mediado para que la candidatura capitaneada por las empresas españolas ganara.

Lo que hizo el monarca también lo había hecho el presidente de la República francesa, Nicolás Sarkozy, cuyo país también optaba a quedarse con el pastel de la alta velocidad en pleno desierto. No obstante, en este segundo caso, cuentan fuentes conocedoras del proceso, su forma de vender a los saudís el proyecto galo fue a costa de menospreciar a su principal competidor, España.

PENDIENTES DE EEUU Y BRASIL / Pero en Fomento ayer estaban pletóricos. Un portavoz aseguró que el triunfo será un «escaparate» para que se acaben de decidir por las firmas españolas algunos países que tienen en cartera proyectos de alta velocidad como Brasil o EEUU. Ahora es cuestión de saber si Ray Lahood ha logrado fondos para su AVE.