FINAL DE CURSO

El adelanto a junio de los exámenes de recuperación siembra el caos en Madrid

Un estudiante recibe la ayuda de un profesor de apoyo

Un estudiante recibe la ayuda de un profesor de apoyo / periodico

Olga Pereda

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Los colegios e institutos madrileños están viviendo un final de curso desconcertante. La decisión de la consejería de Educación de adelantar los exámenes de recuperación en la ESO y el bachillerato a finales de junio (en lugar de principios de septiembre) está provocando el caos en las aulas. Se supone que los que han suspendido reciben clases de apoyo. Se supone que los que han aprobado tienen clases de “profundización” de contenidos. Pero la realidad es que los profesores están desbordados. Los padres, angustiados. Y los alumnos, enfadados. Sobre todo, los que han aprobado porque tienen que seguir yendo al instituto a no se sabe muy bien qué.

El gobierno de Madrid (en manos del PP) decidió el año pasado que los exámenes extraordinarios que realizaban hasta entonces en septiembre pasaran a junio. La medida ya se aplica -aunque sin tantos problemas- en otras comunidades autónomas, como Euskadi, Navarra, La Rioja y Cantabria (esta última solo en ESO). También en la Comunitat Valenciana, donde el actual tripartido de PSOE, Compromís y Podemos mantuvo una medida aprobada en su día por el gobierno del PP tras estudiar las estadísticas y comprobar que muchos más alumnos aprobaban en junio.

Sin pagar academias en verano

La consejería de Educación, Juventud y Deporte de Madrid implantó el nuevo calendario después de recibir la luz verde del Consejo Escolar regional. Lo hizo enarbolando la bandera de la conciliación. No tener exámenes en septiembre es la manera, en su opinión, de que las familias puedan pasar el verano tranquilas y sin pagar academias o profesores particulares.

“Este modelo -insiste la consejería- potencia la evaluación continua de los alumnos y les permite afrontar las pruebas con actividades de apoyo, refuerzo y tutorías en sus propios colegios y con sus propios profesores”. El objetivo es que más alumnos aprueben y no tengan asignaturas ‘colgadas’. Las estadísticas del curso pasado indican que la mitad de los estudiantes -el 58% en Bachillerato y el 49% en la ESO- no superaron ninguna materia pendiente en la convocatoria de septiembre.

Profesores, al límite

El gobierno madrileño se ha dado dos cursos de plazo para comprobar que el nuevo calendario funciona correctamente. Los estudiantes suspendidos afrontan esta semana sus exámenes en mitad de una tormenta de críticas. “Los políticos venden muy bien el nuevo modelo, pero la realidad es que lo quieren implantar a coste cero. Falta plantilla para asumirlo. Los profesores están en una situación límite, hay muchos casos de estrés y enfermedades”. Así lo explica Isabel Galvín, docente y secretaria general de Enseñanza de CCOO Madrid. A su juicio, una medida tan importante debería ir mucho más allá de un simple cambio de calendario. “¿Con qué recursos contamos? ¿Cómo se dan esas clases de apoyo a los que se tienen que examinar en junio? ¿Se ha tenido en cuenta la cantidad de profesores que han estado en las pruebas de Selectividad y otros que están siendo convocados para los tribunales de las oposiciones? ¿Qué hacemos con los alumnos que ya han aprobado todo? Si no quieren ir a clase, el problema se traslada a los padres y si van a clase ¿qué hacemos con ellos?”, se pregunta la responsable de Enseñanza de CCOO.

"Los sacan al parque"

Los chavales que han aprobado y no han de pasar por los exámenes tienen que ir a clase hasta que el curso termine oficialmente. En teoría, reciben clases de profundización y acuden a actividades alternativas. La realidad es muy diferente. “Los sacan a un parque cercano a pasar la mañana”, critica el padre de un alumno que estudia en Madrid 3º de ESO. “Mi hijo, que ha suspendido, debería ir a las clases de apoyo. Pero no sirven para nada. Están todos en un aula, cada uno estudiando sus materias y con un profesor al que poder preguntar dudas. ¿Eso es una clase de apoyo? Al final, nos lo trajimos a casa porque aquí se concentra más”, explica.

En Catalunya, en septiembre

El caos en Madrid contrasta con Catalunya, donde los exámenes de recuperación de ESO y primero de bachillerato se realizan en septiembre (y no en junio) desde el 2011. Si en el curso 2008-2009 repetían uno de cada 10 alumnos de  cuarto de la ESO, en el 2015-2016 el porcentaje bajó al 5,6%. Puede que las familias de los suspendidos se queden sin verano, pero las familias han asumido el modelo porque la mayoría de pedagogos lo apoyan y porque, al final, de lo que se trata es que el chaval apruebe. Catalunya es, junto con Euskadi, el territorio con menos estudiantes repetidores. Los exámenes de septiembre se reinstauraron para poner fin a lo que la entonces ‘consellera’ de Ensenyament, Irene Rigau, denominaba 'el milagro de sant Joan' en irónica referencia a la necesidad de inculcar a los estudiantes la cultura del esfuerzo.