El anticiclón eleva la contaminación en Barcelona al doble de la media

Las estaciones que miden la contaminación en el área de Barcelona duplicaron e incluso triplicaron ayer los niveles de media anual recomendados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), aunque legalmente no se superó ningún nivel de peligrosidad. La persistencia del anticiclón y la práctica ausencia de viento impiden la dispersión de los contaminantes y saturan el ambiente de humedad hasta formar una especie de boina de aire enrarecido que cubre la ciudad. "Aunque el problema no es lo que pasa un día concreto por culpa de unas condiciones meteorológicas tan adversas como las actuales, sino la concentración media anual. Y ahí también estamos mal", precisa Xavier Querol, especialista en calidad del aire del Instituto de Diagnóstico Ambiental (IDAEA-CSIC).

"No debemos echar las culpas al anticiclón [insiste el investigador], sino a las actividades industriales y muy especialmente a los coches". La concentración de dióxido de nitrógeno (NO₂), un contaminante vinculado sobre todo a los motores diésel, alcanzó ayer picos superiores a los 100 microgramos por metro cúbico de aire, aproximadamente el doble de la media registrada en el 2010. La legislación comunitaria establece que las ciudades no podrán superar los 40 microgramos de media anual, un valor que Barcelona incumple desde hace años y sin apenas mejoras. La Unión Europea, no obstante, eleva a 200 microgramos el umbral para puntas diarias.

Aunque todos los días desde el sábado muestran resultados muy mediocres, la contaminación llegó al máximo ayer debido al efecto acumulativo. "El anticiclón ya no es tan potente, pero aún está con nosotros y así seguirá al menos hasta el viernes", advierte Eliseu Vilaclara, jefe del área de predicción del Servei Meteorològic de Catalunya.

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