Las directivas

Belén Garijo: «Siempre me ha salido bien contratar a mujeres embarazadas»

Belén Garijo, tras una reunión de directivos de Sanofi-Aventis celebrada en Barcelona.

Belén Garijo, tras una reunión de directivos de Sanofi-Aventis celebrada en Barcelona.

ANTONI FUENTES
BARCELONA

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Cuando se habla de directivas españolas de primer nivel, Belén Garijo es una referencia internacional. Desde su posición de presidenta europea del gigante farmacéutico Sanofi-Aventis, advierte de que la igualdad hay que creérsela para que sea real. La prueba de fuego es contratar a una embarazada. En su empresa, las mujeres son la mitad de la plantilla en España y el 33% en puestos de dirección después de un proceso sostenido en el que han ido ganando responsabilidad.

–En las reuniones con sus colegas de compañías competidoras, ¿se siente sola entre tantos hombres en un sector que quizá es de los más masculinizados?

–No, me siento como pez en el agua. No tengo problema en este sentido. El sector farmacéutico ha estado preocupado por la diversidad, no solo en género, sino también en otros aspectos, desde hace tiempo, pero carecemos, como otros sectores, de la participación de minorías a un nivel paritario. En Sanofi-Aventis tenemos un porcentaje de ejecutivas en la media de empresas comparables. No me siento sola. Me siento orgullosa.

–¿Mejora la presencia de mujeres en la alta dirección?

–Sí, está mejorando por las políticas proactivas que se han planteado algunos gobiernos y porque la mentalidad de las mujeres está cambiando. Por ejemplo, yo me he trasladado cuatro veces, dos a Estados Unidos, una a Barcelona y ahora a París, y vuelvo los fines de semana a España a ver a mi familia, pero no es un patrón demasiado común en la sociedad española. Es una decisión personal, no es un problema de la compañía, ni de porcentajes ni de las políticas de diversidad, que solo puede solucionar el cambio generacional y la determinación de las propias mujeres. Es evidente que las políticas sociales ayudarán y contribuirán a que el cambio se produzca con una velocidad más alta. Pero es una decisión personal.

–Pero supongo que la mentalidad de los grandes accionistas también tiene que cambiar para vencer algún prejuicio a la hora de incorporar a mujeres a puestos directivos.

–No sé si es un tema de prejuicios, sino de fomentar la diversidad porque no solo se trata de incorporar a mujeres en un nivel sénior, sino de que exista diversidad cultural en una compañía como nosotros, con un equipo de muchas nacionalidades después de las compras realizadas. Este es el marco en el que lo ponemos nosotros. Fomentar la diversidad es la manera de gestionar el progreso en estos entornos. Pero honestamente creo que obligar a las compañías a tener un porcentaje de mujeres en los comités ejecutivos no resolverá un problema que tiene sus raíces en determinadas creencias y valores sociales y en la decisión respetable de las mujeres que no quieren trasladarse a otros países. Si empezara otra vez, quizá me lo replantearía.

–¿Qué propone?

–Hay que fomentar la diversidad y predicar con el ejemplo. Siempre digo a mis compañeros masculinos que me cuenten sus retos y logros. Un cambio claro de mentalidad es si se contrata a mujeres embarazas. Yo he contratado a varias y me ha salido siempre muy bien. Estoy rodeada de hombres en mi equipo y, desde luego, no tengo una política de discriminación positiva para favorecer a las mujeres.

–¿Por qué?

–La discriminación positiva me parece lo peor, pero sí hay que estar alerta a los indicadores de diversidad como estrategia de gestión. Si no hay diversidad, tengo la oportunidad de retar al director de turno a estudiar si es casualidad o bien se debe a que no existe ese fomento de la diversidad. Eso es lo importante, que los líderes de organizaciones se planteen esto como un elemento clave de su gestión, lo que ayudará a que se hagan preguntas, a reflexionar y a poner soluciones. Las cuotas no me han inspirado nada.

–¿Hace falta más naturalidad y convencimiento?

–Por supuesto. Más naturalidad y convencimiento y una mejor gestión del talento.