«Vivo en Sant Martí, pero siempre con un pie en el Born»

Los hábitos cotidianos de la actriz Macarena Gómez (Córdoba, 1978) cuando está en Barcelona se sitúan en una frontera entre los distritos de Sant Martí y Ciutat Vella, entre los barrios de El Parc i la Llacuna del Poblenou y el de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera. El parque de la Ciutadella separa, y une, los dos mundos en los que se mueve la intérprete de Lola en la serie La que se avecina (Telecinco). «En Sant Martí vivo -junto a su marido, el cantante del grupo San Leon e instructor de paracaidismo Aldo Comas-, pero en el Born es donde realmente voy más de tiendas, de restaurantes y de bares», afirma la artista. «O sea, que vivo en Sant Martí pero siempre con un pie en el Born», aclara.

Su profesión, con frecuentes rodajes en Madrid, y el hecho de haberse casado con un catalán e instalarse en Barcelona, la han convertido en una asidua pasajera del AVE. «Me conozco ya a todos los revisores», apunta Gómez. «El AVE lo utilizo muchísimo, tanto para ir a Madrid como a Córdoba», puntualiza. En el tren aprovecha para estudiar los guiones, como los de la séptima temporada de la serie de Telecinco, que se acabaron ya, puesto que La que se avecina está toda rodada. Pero Macarena Gómez ha tenido que estudiar últimamente otros papeles. Pasado mañana se estrenará la película Del lado del verano, de la directora y actriz Antonia San Juan, compañera de reparto de Gómez en La que se avecina. En el nuevo filme, la joven actriz es Tana, una estudiante canaria de familia humilde, con muchas aspiraciones. Con esa interpretación, Gómez obtuvo la Tesela de Plata a la Mejor Actriz en la última edición (2012) del Festival de Cine de Alicante.

Vida de barrio

Macarena Gómez tiene tanto en Sant Martí como en su barrio madrileño de Chamberí, su colmado, el bar, la peluquería y la farmacia de cabecera. «Además, me ocurre lo mismo en Barcelona que en Madrid, porque el barrio en el que vivo en las dos ciudades está a un pasito de otro barrio con mucha más vida de bares y restaurantes. En Barcelona, ese barrio es el Born, y en Madrid, Malasaña», dice. «Me gusta porque lo tengo muy cerquita, pero a la vez, no tengo que convivir con la vorágine del turismo y los bares de noche. Voy, hago mis compras, disfruto de mis bares y restaurantes preferidos y luego regreso a mi zona más tranquila, donde, además, paso totalmente desapercibida», especifica Gómez. Ella admira «el gran respeto que en Catalunya se tiene por los personajes populares». Macarena Gómez es Claudia en la película Al final todos mueren, de Javier Botet, que se estrenó el pasado jueves.

«En el Born, me gusta mucho ir a comer pescado al restaurante de mi amiga Andrea, La Paradeta (Comercial, 7), donde te cocinan el pescado y marisco que tú eliges. Y también voy mucho a la Vila Viniteca (Agullers, 7)», explica la intérprete. En el distrito de Sant Martí, algunos de los lugares que frecuenta más son: «Palo Alto, donde me gusta ir a visitar a amigos como Yago Mariño, que trabaja como realizador en Hombre Gamba Producciones. En la esquina, a la salida de Palo Alto, está el restaurante El Traspaso, al que también voy mucho», dice. «Can Recasens (rambla del Poblenou, 102) es otro restaurante que suelo visitar y también el Boo, que tiene hamacas delante de la playa. Yo no soy nada de playa, pero me gusta mucho ese bar. Empecé a ir y luego me enteré que es de Santi Millán que, además, es mi vecino», informa la actriz.

Ciudades y hogares

Macarena Gómez vivió tres años en Londres y asegura que una de las razones por las que dejó la capital británica es por el poco sabor a hogar que tenía en el barrio. «Después de tres años, en el bar en el que desayunaba cada mañana aún no me sabían llamar por mi nombre. Yo echaba de menos esa relación más estrecha, no la de cliente y comerciante, sino casi de amigos, a los que cuentas cosas de tu vida o, al menos, que te llaman por tu nombre», precisa la actriz.

En su barrio de El Parc i la Llacuna del Poblenou, sí ha logrado hilvanar esas relaciones más confortables y familiares. «Cuando llegué, a mi marido, que ya vivía aquí, lo conocían en muchos comercios», recuerda. «Lo más curioso sucedió en la farmacia. Aldo me dijo: 'Ve a la farmacia que los conozco', y yo bajé pero entré en otra que no era la que él decía. Y ahora cada uno tiene la suya, tenemos dos farmacias de confianza», explica Gómez. «Me gusta ir a los comercios donde sé que me atienden bien. Muchos ni saben que soy actriz, y eso me encanta. Me gusta ser una chica más del barrio», afirma Macarena Gómez.