Sin políticas de Estado

La sociedad española vive las incertidumbres derivadas de la acción combinada de tres crisis: la institucional, la económica y la territorial. Su alcance e intensidad nos permiten hablar de crisis sistémica. Por eso, cabría esperar que el debate fuera el marco para que Gobierno y oposición debatieran sobre qué medidas y qué reformas hay que acometer para restablecer la credibilidad del sistema democrático. O sobre qué se está haciendo en la línea de repensar el modelo económico promoviendo la reindustrialización, limitando la dependencia excesiva del ladrillo y el turismo y apostando por la innovación y la investigación. Por último, también sería lógico que el jefe del Gobierno liderara la formulación de una respuesta democrática a las aspiraciones soberanistas del pueblo catalán haciendo una propuesta inteligente y garantizando el derecho a decidir de la ciudadanía catalana. Pero nada hace pensar que esto vaya a ocurrir. En vez de políticas de Estado, Rajoy ofrecerá más triunfalismo económico injustificado, inmovilismo político y obstruccionismo democrático. La lógica de la propaganda y el vuelo gallináceo del sectarismo de partido anularán la política con mayúsculas. Ya estamos en campaña para las europeas.