No servirá de mucho

Si tuviéramos un Ejecutivo que gobernase dando explicaciones, el debate sobre el estado de la nación cumpliría su función y la política recuperaría crédito. En el Congreso se hablaría de las cuestiones que importan en la calle. Por qué sigo en el paro si dicen que se ve luz al final del túnel y las grandes empresas doblan beneficios. Por qué echan a mi médico de la sanidad pública y me mandan a una clínica privada. Por qué hay tanto patriota con España en el corazón y el dinero en Suiza. Por qué se disparan pelotas de goma a gente que nada por su vida. Por qué no puede reformarse la Constitución cuando tantos lo demandan. El debate no podría haber llegado en mejor momento si se quisiera hablar de política. Pero hace tiempo que el Gobierno escogió la propaganda antes que la política. Toca ir al Parlamento para arrancar la campaña de las europeas. Como sabe que lo importante para sus votantes es la economía, Rajoy anunciará por enésima vez que la crisis tiene los días contados mientras la oposición intenta escapar del papel de aguafiestas. Habrá intercambio de golpes pero pocas soluciones. No servirá de mucho, pero será entretenido.