'SALVADOS' EN LA SEXTA

Toni Comín: "La gente ya sabía que la DUI no iba a traer la república"

Toní Comín

Toní Comín / periodico

El Periódico

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En el primer aniversario de la DUI, Salvados ha querido repasar los hechos vividos en Catalunya aquella intensa semana. Jordi Évole ha entrevistado en 'El dilema' a Anna Gabriel, Artur Mas, Toni Comín, Núria Marín, Miquel Iceta y Rafael Catalá, entre otros, para intentar reconstruir cómo Carles Puigdemont pasó de estar a punto de convocar unas elecciones para evitar el 155 a la declaración simbólica de independencia. No solo han aparecido políticos, sino también algunos actores que intentaron evitar el desastre. Como el periodista Manuel Campo Vidal, que se ofreció a hacer de puente entre ambos gobiernos. "Fue un hombre generoso", dice de él el 'exconseller' Santi Vila.

También se han repasado algunos momentos, como cuando el abogado Emili Cuatrecasas alquiló un avión y se fue, junto con Marian Puig, Juanjo López Burniol y Joaquim Coello, al País Vasco para hablar con el lendakari Iñigo Urkullu y plantear qué es lo que pedía Puigdemont a cambio de aparcar la DUI: la libertad de los Jordis, que las multas a Artur Mas, Joan Ortega e Irene Rigau por el 9-N quedaran en suspenso, que los policías enviados a Catalunya se marchasen, que no hubiera 155 o parecido, y que si ganaba las elecciones el independentismo el Gobierno central estuviera dispuesto a negociar un referéndum vinculante. Como se recuerda en 'El dilema', el lendakari argumentó que había cosas que no se podían pedir porque era una pérdida de tiempo.

El papel del PSC

Los socialistas fueron de los que más intentaron evitar el choque de trenes. Núria Marín, alcaldesa de L'Hospitalet, tenía interlocución directa con Mariano Rajoy y con Puigdemont, y a ambos no dudó en reclamar que hablaran. "Se lo dije a uno y a otro: '¿tanto te cuesta coger un teléfono y llamar?'. Pero ese diálogo directo fue imposible y se tuvo que realizar a través de personas interpuestas, como Miquel Iceta.

"A mí Soraya Saénz de Santamaría me dijo si se convocan las elecciones legalmente, no se aplicaría el 155, y me la creí completamente. Por eso ese acuerdo durante unas horas existió. Pero no hay un papel firmado por el presidente del Gobierno de España diciendo si convocan las elecciones no habrá 155, que es lo que pedía Puigdemont", evoca el líder de los socialistas catalanes.

Iceta recuerda que estuvo a punto de darle un golpe a la televisión cuando en esos momentos tan delicados salió Xavier García Albiol diciendo que habría 155 pasara lo que pasara. "Solo hay dos explicaciones: o mala fe o desconocimiento", explica el líder del PSC. "Yo dije: 'Puigdemont, haz lo que quieras hacer, pero el 155 va ir hacia adelante'", relata el todavía presidente del PP catalán. "En mi vida política me arrepiento de algunas cosas que he dicho. De esa, no".

"En el momento más decisivo de su trayectoria política, Puigdemont se sintió más solo de lo que debía estar", lamenta amargamente Artur Mas. "No tiene los apoyos internos ni tiene el más mínimo aire del Gobierno español". El 'expresident' explica que, tras la reunión del 25 de octubre por la noche, había aceptado ir a elecciones, "aunque se guardó una carta: siempre que no se aplique el 155 (...). Pasar por traidor por parte de algunos, pero que además te quede cara de tonto es más dificil de asumir".

El tuit de Rufián

La falta de una confirmación por escrito de que no se suspendería el autogobierno, unida a la presión de varios sectores independentistas, que le llamaban traidor, le hicieron cambiar de opinión. Entre la multitud de tuits destaca el de Gabriel Rufián y las célebres "155 monedas de plata". El diputado de ERC en el Congreso asume que "seguramente fue un error, por la hora, por el contexto, etcétera". Pero, matiza: "Yo me refería a la oferta que hacían PSOE y PNV". En este punto, Mas explica que le dijo una vez a Rufián "que eso Puigdemont no se lo merecía", pero Rufián niega que hablaran de ello.

"Puigdemont no soportaba pasar a la historia como un traidor. Me lo comentó", revela Marín. "Puigdemont no aguantó la presión y llevó a toda Catalunya al precipicio", sentencia con contundencia Dolors Montserrat, actual portavoz del PP en el Congreso.

Con lo que, finalmente, se hizo la DUI, aunque sin jolgorio alguno en las filas del Govern. "En los países que han declarado la independencia, aquello es o una guerra o una fiesta. No deja a nadie indiferente. En cambio, la sesión del viernes en el Parlament es de las más tristes que recuerdo", confiesa Iceta.

¿Un engaño?

Pese a que fuera del Parlament había gente celebrando la independencia, Mas afirma que no había habido voluntad de engañarles: "Que hubiera personas que pudieran tener la impresión de que iba a ser una realidad tangible e inmediata y se encontraron con que no y se pudieron sentir engañadas, no se lo puedo negar; pero niego que hubiera voluntad de engaño". La misma tesis defiende el 'exconseller' Toni Comín, actualmente huido a Bélgica: "Quizás no explicamos bien a la gente que la declaración no iba a materializar la república al día siguiente. Yo creo que la gente ya lo sabía. Era evidente que después de la DUI venía la represión. Lo sabían dos millones de personas".

"Tuve miedo en esas semanas y en esos días", reconoce Anna Gabriel, ahora huida a Suiza. La exdiputada de la CUP lamenta que "ni se habían trabado las alianzas suficientes, ni se habían preparado estructuras suficientes". Pero añade: "Yo no hubiera llamado 'traidor' a Puigdemont, probablemente porque tenía más información".

La exministra Montserrat, por su parte, admite que en el PP había preocupación: "¿Cómo aplicarermos el 155? ¿Qué es lo que pasará? ¿Nos harán huelgas encubiertas?". Pero, como dice el exdelegado del Gobierno Enric Millo, "no pasó nada".

Puigdemont ya preparaba entonces su fuga a Bélgica. "Puigdemont hizo llegar la instrucción/propuesta tanto a los 'consellers' que estaban en Francia como a los 'consellers' que estábamos en Catalunya", explica Comín, un extremo que pone en duda el jefe de comunicación de Oriol JunquerasSergi Sol. "Es obvio que no todos recibieron el mensaje, porque ahí estaba Raül Romeva esperando a las nueve de la mañana con otro 'conseller' al que tampoco se le comunicó. Por tanto, fueron varios los 'consellers' que no se enteraron".