Rajoy tira de galones para proteger a Cospedal y forzar imagen de unidad

Lo quiso dejar bien claro Mariano Rajoy tirando de galones y tan solo unas horas antes de que se celebre una reunión de la junta directiva nacional del PP en la que algunos anhelaban catarsis pero en la que se intentará escenificar unidad: no habrá cambios "sustanciales" en la dirección del partido, abriendo la puerta únicamente a "ajustes" de escasa entidad. Traducción: María Dolores de Cospedal no será relevada de su cargo como secretaria general tras la sonora derrota en Andalucía, por más que el rumor se haya hecho fuerte en las últimas horas.

Según el entorno de Cospedal, por cierto, dicho rumor ha crecido gracias a las maniobras malintencionadas de su compañero de filas pero también adversario Javier Arenas, con quien mantiene una pésima relación a raíz del 'caso Bárcenas' y la diferencia de criterio que ambos mantuvieron sobre el trato que había que proporcionar al extesorero. Ella quería echarlo y cortar por lo sano, sin paños calientes, mientras que él, un veterano 'pata negra' del PP que era amigo de Bárcenas, apostó por una salida templada en el 2009 que incluyera ciertos privilegios. En este pulso, como pusieron de manifiesto distintas declaraciones hechas en los tribunales, ganó Arenas.

También venció Arenas a Cospedal a la hora de influir en el jefe, Rajoy, para designar candidato en Andalucía. Se impuso el joven Juan Manuel Moreno (que llegaba avalado, además de por Arenas, por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría) sobre el aspirante que prefería la secretaria general, que era José Luis Sanz. Tan desautorizada se sintió en esa ocasión Cospedal que se supo que tuvo una larga conversación al respecto con Rajoy y hay algunos 'monclovitas' que aseguran que llegó a presentar su dimisión, que fue rechazada, una cuestión que ella no ha confirmado ni desmentido.

TIEMPO DE "ESFUERZO"

Ahora, tras los nefastos resultados cosechados en las recientes elecciones andaluzas, se ha abierto el debate interno sobre la asunción de responsabilidades y se ha difundido la posibilidad de que la actual secretaria general deje de serlo. Y, con ello, se ha escrito otro episodio del serial político que desde hace años protagonizan Arenas y Cospedal en el PP. "No va a haber cambios y lo voy a decir en la junta. El Gobierno está funcionando bien y el partido está funcionando bien también... Se pueden hacer pequeños ajustes pero no grandes cambios", sentenció Rajoy en declaraciones a RNE, para tratar de ponerle fin a este nuevo capítulo.

Según el presidente (o al menos según la versión pública que le interesa ofrecer) puede haber alguna "discrepancia" en el seno de su partido, pero en general reina la "unidad". Y si no reina, él la va a tratar de imponer en la reunión que se celebra este martes en Madrid alegando que las discusiones internas "no aportan nada" y que lo que se requiere ahora, en vísperas de las municipales y tras el batacazo en las andaluzas es "esfuerzo y máxima unidad".

En este contexto, consideró Rajoy oportuno recordar que esos dirigentes populares a los que se critica en estos días, como sucede con Cospedal y hasta con el propio líder del partido, son "los mismos" que propiciaron la victoria en las generales del 2011 logrando una mayoría absoluta histórica. Así las cosas, tampoco desperdició la oportunidad para recalcar que él piensa repetir como candidato en las próximas elecciones legislativas que llegarán a final de año y que, si ganara de nuevo, tampoco tiene claro que vaya a asumir un compromiso de no superar las dos legislaturas. Aviso a navegantes o a los que estén soñando con surcar las aguas del PP.

ACERCAMIENTO A RIVERA

Lanzado este mensaje por parte del presidente y avalada la gestión de Cospedal, rápidamente salieron a la palestra los colaboradores de la secretaria general --también presidenta de Castilla La Mancha-- para señalar el camino a los críticos. Valga como ejemplo lo dicho por el portavoz adjunto en el Congreso y diputado por Toledo, Agustín Conde: "El presidente ha hablado y lo que tenemos que hacer los demás es callarnos y obedecer".

Imposten o no "unidad" en su cita de este martes  los populares, hay mar de fondo, autocrítica por hacer y una estrategia que corregir, puesto que los votantes en Andalucía no han 'comprado' el mensaje de recuperación económica con el que el Gobierno se las prometía felices. Además, tienen por completar el viraje táctico respecto a Ciudadanos, la organización de Albert Rivera que con tanta virulencia atacó el PP --incluido Rajoy-- en la reciente campaña y con la que, visto su tirón en las urnas, se coquetea ahora de forma descarada. Por si hubiera que sumar.