Navarro convoca al consejo nacional del PSC para debatir los cambios en el partido

JOSE RICO / Barcelona

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Después del nuevo descalabro electoral del PSC, el primer secretario de los socialistas catalanes, Pere Navarro, ha convocado para el próximo 7 de junio al máximo órgano entre congresos del partido, el consejo nacional, para poner en marcha los "cambios profundos" en la dirección y la estrategia socialista. Aunque no ha querido concretar cuál será su propuesta, Navarro ha dejado en manos del consejo nacional la posibilidad de remodelar la ejecutiva nacional o, incluso, de convocar un congreso extraordinario. Previamente a esa reunión, el líder socialista mantendrá una ronda de contactos con los líderes de todas las federaciones del partido.

"No hemos alcanzado los objetivos que teníamos en estas elecciones", ha reconocido Navarro, que ha atribuido a la "penetración" del debate soberanista la dificultad para explicar las propuestas del PSC, que orilló en campaña esta cuestión y se centró en hablar de Europa. El líder socialista también ha admitido que la fragmentación del voto de izquierdas ha hecho mucho daño al PSC.

Navarro ha mostrado su "respeto" por la decisión del secretario general del PSOE, Alfredo Pérez Rubalcaba, de convocar un congreso extraordinario para el 19 y 20 de julio, y ha insistido en que la decisión sobre si esa posibilidad se abre paso también en el PSC corresponde al consejo nacional del partido.

La reunión de la ejecutiva se ha prolongado por espacio de tres horas y en ella han intervenido la mayoría de los dirigentes. Según fuentes presentes, el debate ha sido "duro" porque muchas intervenciones han reclamado cambios profundos en la organización y la estrategia del partido, y sobre todo que no se ejecuten represalias contra los miembros del sector crítico que están pendientes de sanción por parte de la comisión de garantías. Incluso algunos dirigentes afines a Navarro han pedido gestos de "integración" y "síntesis" con los díscolos para evitar un cisma.

El PSC encadenó el domingo su quinto batacazo electoral consecutivo desde el 2010, con una pérdida de más de la mitad de los votos que le dieron la victoria en las europeas del 2009. Además, los socialistas han cedido uno de los dos eurodiputados que tenían en el Parlamento Europeo y han sufrido una sangría importante de apoyos en el área metropolitana de Barcelona que ha beneficiado a ERC, ICV-EUiA y Ciutadans. Todo ello a un año de las elecciones municipales, en las que el PSC solía demostrar un mayor músculo.