EL ANÁLISIS del ejecutivo catalán

Mas: "No es un punto final, el proceso sigue"

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante su comparecencia para comentar el debate del Congreso.

El presidente de la Generalitat, Artur Mas, durante su comparecencia para comentar el debate del Congreso.

FIDEL MASREAL
BARCELONA

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El presidente de la Generalitat, Artur Mas, no escondió ayer que el rechazo rotundo del Congreso a ceder las competencias para convocar el referendo fue, en la forma y en el fondo, «doloroso». Sí, enseguida subrayó la frase de que el portazo de las Cortes había sido «un punto y aparte», no «un punto y final». Pero se notó en sus palabras su desazón con el Gobierno y también con el PSOE.

El president afirmó que a partir de ahora el proceso soberanista seguirá adelante buscando otras vías legales (habló de «diversas» vías en plural, pese a que todos los planes políticos pasan por una: la aprobación de la ley catalana de consultas no refrendarias). Mensaje final, pues, de autoafirmación: «Se nos ha negado por amplia mayoría [la propuesta del Parlament], pero sabiendo que al final la voluntad del pueblo de Catalunya no la puede  parar una votación en el Congreso».

Mas sostuvo que la mano del diálogo sigue tendida. Una mano tendida que es la misma que reiteradamente ofreció el líder de CiU en las Cortes, Josep Antoni Duran Lleida. Por tanto, en lo que desde el Govern se define como «cargarse de razones», ayer quedó reforzada la estrategia de evidenciar que es el Estado el que cierra todas las puertas.

Así, el jefe del Ejecutivo catalán insistió en subrayar que el rechazo del Gobierno, del PSOE y de UPD es netamente político, porque existía base jurídica para ceder las competencias. «No han querido, ha faltado voluntad política», subrayó, y lanzó una advertencia: «Se han equivocado y el tiempo lo demostrará». El president fue más allá en el tono: «El PP, el PSOE, y no hace falta decir también que UPD, tienen miedo a que el pueblo de Catalunya vote, porque saben que están en falso respecto a Catalunya». Palabras poco habituales en el discurso de Mas.

SIN MENCIÓN A LA CARTA MAGNA / Sin duda se notó la desazón cuando el líder convergente subrayó, siempre de un modo directo: «Quiero constatar que siguen en el no a todo». En la intervención del president, sin derecho a preguntas, destacó una ausencia: no dedicó ni una sola palabra a la reforma constitucional que esgrimió el líder socialista, Alfredo Pérez Ru-balcaba, como vía de salida al conflicto. Tampoco comentó nada sobre la invitación de Rajoy a modificar la Carta Magna a quienes defendieron ayer la consulta.

Pero el mensaje más repetido de la alocución de Mas fue que la derrota «dolorosa» en el Congreso es solamente «un punto y aparte». Felicitó a los diputados del Parlament y nuevamente llamó a seguir adelante con una apuesta «por la democracia de forma correcta, positiva, constructiva, ilusionada y pacífica» que acabará, insistió, en las urnas el próximo 9 de noviembre.