El mensaje de fin de año

Mas advierte a los catalanes de las «amenazas» a su identidad

Artur Mas,  durante la grabación del mensaje institucional.

Artur Mas, durante la grabación del mensaje institucional.

TONI SUST
BARCELONA

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Artur Mas pronunció este jueves por vez primera el tradicional mensaje que el presidente de la Generalitat dirige a los catalanes con motivo del fin de año. El líder de CiU mezcló en su discurso elementos identitarios con el asunto que sin duda centrará su labor en los próximos meses: la lucha contra la crisis. Pero no por subrayar que lo económico primará se olvidó Mas de las reclamaciones de autogobierno. Por algo suele recordar que él no pone ningún límite a las aspiraciones de Catalunya.

«Las incertidumbres y las amenazas también planean por encima de nuestra realidad nacional catalana. La incomprensión, y más de una vez hostilidad, hacia nuestra personalidad colectiva y nuestra identidad cultural y lingüística deberían haber quedado definitivamente superadas en una democracia consolidada como la que compartimos con el resto del Estado. Por desgracia, no es el caso», afirmó el jefe del Ejecutivo catalán en su discurso televisado.

Mas, que grabó la intervención en la sala gótica de la Verge de Montserrat del Palau de la Generalitat, dijo ser muy consciente de que en muchos hogares las dificultades han llegado a situaciones límite y, en consecuencia, subrayó su voluntad de hacer de la recuperación económica y la creación de empleo su «principal prioridad». Una labor colectiva, precisó, que no se logrará gracias a «milagros o soluciones mágicas» y para cuya consecución solo ve un camino: «Trabajo duro, esfuerzo, sacrificio, imaginación, creatividad, moral de victoria y convicción en las propias posibilidades».

Catalunya, prosiguió, «siempre ha encontrado la manera de levantar la cabeza en los momentos más complicados y adversos de su historia». «Dejadme decir que tenemos el derecho a creer en nosotros mismos», añadió. El president también emplazó a que quienes gocen de «más posibilidades y capacidades» a cumplir con «un cierto deber moral» de ayudar a quienes lo pasan mal.

AGRAVIOS / El líder de la federación nacionalista dedicó una parte considerable de su mensaje a subrayar las amenazas a la realidad nacional ya citadas, e incluso llamó a combatirlas. Pero primero hizo una lista de agravios: «Cualquier aspiración de mayor autogobierno es presentada como un privilegio; cualquier demanda de un trato fiscal más justo es rápidamente tachada de poco solidaria; cualquier acción de afirmación de nuestra cultura o nuestra lengua es catalogada como un afán de encerrarnos en nosotros mismos como si fuéramos un pueblo de mentalidad provinciana».

«HAY QUE REACCIONAR» / A continuación, expuso lo que a su juicio legitima la reivindicación: «Catalunya desea más autogobierno porque quiere a la libertad; Catalunya aspira a un trato fiscal más justo porque valora el esfuerzo; Catalunya sabe que su identidad se fundamenta sobre todo en su cultura, y a la vez tiene un afán permanente de proyectarse y darse a conocer de puertas afuera».

El jefe del Govern instó entonces a la ciudadanía a no quedarse callada: «Tenemos que reaccionar ante las amenazas a nuestra realidad nacional. Tenemos que hacerlo con serenidad y con firmeza. Y hacerlo todos juntos, mirando más lo que nos une que lo que nos separa». Mas subrayó que Catalunya acumula «sensibilidades culturales o nacionales diferentes o mezcladas» y advirtió de que corresponde a todos construir un proyecto de futuro y, a la vez, «ser dignos continuadores del legado recibido de la historia».

«No tengáis miedo», pidió a sus administrados el nuevo president, quien vaticinó además que Catalunya «levantará el vuelo» y aseguró que el país tiene «muchas y muy buenas posibilidades de ir bien».