La encrucijada socialista

Jordi Martí, primer crítico que abandona la ejecutiva del PSC

Martí, con gesto adusto, tras Pere Navarro, en un consejo nacional del PSC, el pasado mes de febrero.

Martí, con gesto adusto, tras Pere Navarro, en un consejo nacional del PSC, el pasado mes de febrero.

XABIER BARRENA
BARCELONA

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Quizá es porque no está en el Parlament, quizá porque le gusta ir por libre, pero lo cierto es que el nombre de Jordi Martí, presidente del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Barcelona, casi nunca ha salido citado cuando se mentaba la reducida lista que compone el llamado sector crítico a la dirección del PSC. Con todo, mientras otros insignes miembros de ese sector crítico afirman que no hay contradicción entre mantenerse en sus cargos orgánicos y defender sus tesis, a pesar de que hayan sido poco menos que proscritas por el partido, Martí se convirtió ayer en el primer miembro de la ejecutiva del PSC que dimite por no estar de acuerdo con la línea oficial.  La razón de fondo, cómo abordar el órdago soberanista de CiU y ERC.

Hace ya unas semanas, Martí anunció su intención de concurrir en las elecciones primarias para dilucidar quién será el alcaldable del PSC en Barcelona en el 2015. Por dicho motivo, en el plazo de seis semanas, cuando se convoquen dichos comicios internos, tendría que haber renunciado temporalmente a su cargo en la ejecutiva. Ahora lo hace definitivamente. En cualquier caso, anunció que, aunque gane las primarias, no volverá a esta ejecutiva.

Pero más allá del control de los tiempos que haya querido llevar, las discrepancias con la dirección del partido, tanto en cuanto a cómo abordar la cuestión federalista, como el propio funcionamiento de la fuerza, eran notorias.

«Creo en un federalismo desde abajo que pasa, necesariamente, por el derecho a decidir», explicó ayer Martí a este diario; es decir, y como él mismo definió, en un «soberanismo federal». De hecho, uno de los innumerables puntos de fractura con la dirección del PSC y con la federación de Barcelona se produjo cuando, el pasado mes de febrero, el pleno del ayuntamiento barcelonés abordó la ratificación o no de la declaración de soberanía aprobada, semanas antes, por el Parlament. Todos los socialistas presentes votaron en contra, y Martí se abstuvo. «El PSC ha estado siempre ubicado en el catalanismo político. Ahora se ha perdido centralidad», afirmó el aún líder municipal.

CONTRA BALMÓN Y ZARAGOZA / Las discrepancias también han saltado en cuestiones de forma. Como cuando el número 2 del partido, Antonio Balmón, afirmó que en el PSC «sobraban algunos», en referencia a los críticos en clave soberanista, lo que motivó la respuesta de Martí en su blog. «El partido se está empequeñeciendo», aseveró ayer. Y aún escuece en algunas instancias del partido el tuit que escribió cuando se supo de la implicación del PSC en el caso del espionaje de La Camarga: «En el PSC no caben aquellos que espían», en clara alusión al que fuera secretario de organización José Zaragoza.

Martí defendió que la decisión de ayer es un acto «coherente» y «necesario» para afrontar las primarias municipales «con plena libertad». Negó, sin embargo, que en un futuro inmediato abandone el partido: «Reivindico el PSC de 1978, el que nació de la unión de  varias familias socialistas, un conjunto de gente diferente que tenían como mínimo común denominador cierta idea de izquierda y de justicia social», afirmó y ya, en un plano más táctico, señaló que «no hay ninguna otra fuerza que pueda ocupar tantas franjas sociales como en su día hizo el partido». Con todo, el presidente del grupo municipal socialista mostró cierta confianza en el futuro y afirmó que el PSC «recuperará musculatura en Barcelona, en las municipales».