ENTREVISTA CON EL Candidato del PSC a la alcaldía de Barcelona

Jaume Collboni: "El PSC ha abierto sus puertas. Ahora no las debería cerrar"

Jaume Collboni, delante de la cabecera de la manifestación de los sindicatos contra las políticas de austeridad, ayer en la Via Laietana de Barcelona.

Jaume Collboni, delante de la cabecera de la manifestación de los sindicatos contra las políticas de austeridad, ayer en la Via Laietana de Barcelona.

JOSE RICO / Barcelona

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-¿Las primarias del PSC de Barcelona han escogido a un candidato a la alcaldía o a un líder de la oposición?

-Con este proceso hemos elegido al líder social del proyecto del PSC en la ciudad, y eso engloba al partido y al grupo. Es natural que sea así.

-¿Cómo se lidera ese proyecto desde fuera del ayuntamiento?

-Con convicciones, ideas, propuestas, contacto con la gente y presencia pública. No es imprescindible estar sentado en el sillón de concejal.

-Usted ha dicho que el PSC no tiene que pedir perdón por sus años de gobierno. ¿Las primarias cierran la etapa de autocrítica en el partido?

-Al socialismo se le pueden reprochar errores a nivel autonómico y estatal, pero en esta campaña he percibido que los barceloneses reconocen lo que hemos hecho por la ciudad y desean que nos levantemos. Por eso trabajaré por la autonomía del proyecto socialista de Barcelona.

-¿Eso es un aviso a la dirección nacional de que aceptará tutelas?

-Es una declaración de principios. Una ciudad de la proyección de Barcelona debe pensar su proyecto desde y para Barcelona.

-Tan autónomo quiere su proyecto que el primer secretario, Pere Navarro, no estuvo el sábado en su proclamación como ganador.

-Como he dicho, este proyecto tiene que hacerse desde Barcelona y para Barcelona. De todas formas, Navarro me llamó para felicitarme.

-¿El PSC es más fuerte hoy en Barcelona que antes de las primarias?

-El proyecto socialista es más fuerte porque el 70% de los participantes no tenían militancia política y muchos son muy representativos en esta ciudad.

-Pero la participación ha sido muy baja entre la propia militancia. Más allá de pedir una reflexión, ¿tiene alguna razón que lo explique?

-El PSC ha hecho un ejercicio de innovación democrática que comportaba riesgos. Hemos abierto las puertas y las ventanas del partido y ahora no las debemos cerrar. Han entrado muchos ciudadanos que quiero que contribuyan a construir una mayoría de izquierdas en el 2015.

-«Las primarias son el primero de los cambios que necesita el PSC», dijo usted el pasado viernes. ¿Cuáles serán los siguientes?

-Aprender que se puede hacer un proceso abierto que reconecte con muchos sectores de la sociedad. Tenemos que construir un proyecto pensado para la gente que está fuera para poder ensanchar el partido y cuidar su pluralidad interna.

-Uno de estos cambios será relevar a Jordi Martí al frente del grupo.

-Esa decisión no está tomada porque quiero respetar los tiempos que marque el propio grupo.

-¿Pero cabe Martí en su proyecto?

-Todo el mundo que se ha implicado en estas primarias tiene un lugar en el proyecto que quiero representar.

-¿Es partidario de un congreso extraordinario en la federación para consolidar su liderazgo?

-A veces no hacen falta cambios de personas ni de estatutos, sino cambios de actitud y de cultura política.

-¿Pero cree que se puede mantener la bicefalia tradicional entre el alcaldable y el líder de la federación?

-El mensaje de las primarias ya contenía la idea de escoger al líder social del proyecto. La materialización en la estructura de la organización deberemos debatirla próximamente.

-Ya desde la primera vuelta, usted tendió la mano a ICV-EUiA cara al año que queda de mandato. ¿En qué debe plasmarse esa colaboración?

-La mano está extendida a ICV-EUiA y a las organizaciones sociales. De hecho, la primera reunión que tendré será con la Federació d'Associacions de Veïns de Barcelona y con la plataforma PTP, que está negociando el precio del transporte público. Con la izquierda política y social debemos tejer complicidades e identificar objetivos compartidos para construir una mayoría progresista en el 2015.

-¿Con ERC lo intentará?

-Con dirigentes de ERC conservo las complicidades que forjamos en etapas anteriores, pero los últimos posicionamientos del partido han sido poco de izquierdas e incompatibles con una agenda socialdemócrata.

-Los sindicatos están haciendo una apuesta muy fuerte por la consulta del 9-N. ¿Puede ser eso un obstáculo para entenderse con ellos?

-En absoluto. Yo provengo de un sindicato de clase, UGT, que siempre ha defendido que el progreso nacional y social forman parte del mismo proyecto. Los sindicatos son coherentes en su posición sobre la consulta.

-Para hablar de Barcelona tendrá que esquivar el debate soberanista.

-No tenemos que esquivarlo porque forma parte del paisaje de la política catalana. Pero hablar de Barcelona es hablar también del transporte público, el paro, la vivienda, el comercio, la reactivación económica... La agenda social debe ser la agenda central del proyecto, pero la agenda nacional también afecta a Barcelona.

-A pesar de su empeño, ¿podrá abstraerse de la convulsión en el PSC?

-Espero que todas las sensibilidades del partido entiendan que compartimos un mismo modelo de ciudad. Nadie debe olvidar que nuestro adversario es Xavier Trias.

-En la política catalana hemos visto recientemente pinceladas de sociovergencia. ¿Le gustan?

-Lo que más me gusta del acuerdo sobre Barcelona World es el pacto industrial. No me gustan, por principios, las islas fiscales. El pacto ha mejorado el proyecto, pero el futuro de Catalunya pasa por diversificar la economía y atraer nueva industria.

-La pregunta era más genérica. ¿Le gustan los pactos CiU-PSC? ¿Pueden darse en Barcelona?

-El PSC debe tener vocación de liderar una alternativa de izquierdas en Barcelona y en Catalunya.

-¿Cuál es la primera iniciativa que quiere impulsar como alcaldable?

-En las próximas semanas haremos una propuesta para destinar los 140 millones de superávit a paliar los déficits en políticas sociales.