Rigau asume el riesgo de que la inhabiliten por incumplir los autos del TSJC sobre el catalán

La 'consellera' de Ensenyament, Irene Rigau, se ha mostrado firme en su decisión de no cumplir laresolución del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya que insta a la Administración catalana a impartir las clases también en castellano si un alumno lo pide. "Estoy dispuesta a correr el riesgo de que me puedan inhabilitar", ha afirmado la 'consellera', que ha insistido en subrayar que hace años que se aplica laatención individualizada en la escuela y que "siempre ha funcionado bien y nunca ha comportado separar a un alumno por razón de lengua".

Rigau ha argumentado lanegativa del Govern a cumplir la resolución porque considera que no existe "ningún perjuidico" para los alumnos que han pedido laescolarízación en castellano. Por ello, ha explicado que el Ejecutivo de Artur Mas recurrirá el fallo ante elTribunal Supremoy no descarta ir hasta elConstitucional para defender el modelo lingüístico de la escuela catalana. "O se aplica o se recurre, y nosotros utilizamos el ordenamiento jurídico al máximo", ha afirmado.

Inmersión reconocida

Para la 'consellera', el TC reconoce que las dos lenguas han de estar presentes en el sistema educativo. "Nadie puede decir que ahora no lo estén", ha apuntado la responsable d'Ensenyament antes de denunciar que el uso de este tema para "romper la convivencia" en Catalunya. En este sentido, ha recordado que lainmersiónla reconocen el Estatut, la ley de educación de Catalunya (LEC) y la jurisprudencia del Tribunal Supremo (TS), que en su última sentencia de hace dos años sobre este texto avaló la atención individualizada en castellano durante los primeros cursos de escolarización de alumnos de aquellas familias solicitantes.

"Los tribunales quieren cambiar unmodelo lingüístico que se basa en la ley y en el Estatut, y además la última sentencia del TS dejó claro los ejes" del modelo vigente, ha insistido Rigau, que ha hecho hincapié en que el sistema educativo catalán garantiza plenamente al final de la enseñanza obligatoria el pleno dominio del catalán y del castellano.

La 'consellera' ha defendido que no quiere que "ningún maestro tenga que dedicar cinco minutos a este tema". "Bastante trabajo tenemos con los recortes, como para que ningún padre se enfrente a un profesor o al revés", ha afirmado. A su juicio, cada vez habrá menos demandas para solicitar enseñanza en castellano porque "exige unos costes muy elevados y quien lo afronta ha de ser un militante muy fuerte", en alusión a las once familias que lo han pedido en toda Catalunya.